Mucho se habla del ego… pero poco sabemos de él.
El ego es el “yo” que hemos construido a lo largo de nuestra vida, la identidad humana que creamos a través de las experiencias vividas y a través de la personalidad.
A veces siento que el ego es un disfraz… un traje hecho a medida que hemos cosido nosotros mismos sobre nuestro cuerpo. Y este traje se queda pequeño… porque los humanos evolucionamos y crecemos.
Y debemos hacer ajustes en nuestro ego para poder vivir de manera saludable. En ocasiones nos sentimos atrapados, oprimidos, como si no pudiéramos movernos. Estas son sensaciones que nos indican la necesidad de actualizar quiénes somos, es el momento de despojarnos del disfraz para adentrarnos en nuestra verdadera esencia… que vive más allá de nuestra mente y que es profundamente serena.
Características del ego
El ego es caprichoso y controlador, quiere que las cosas salgan de una determinada manera. Y cuando las cosas no son como él quiere, se enfada y frustra. Por eso sufrimos y por eso nos podemos sentir eternamente insatisfechos.
Porque el ego siempre se quiere salir con la suya, siempre quiere tener la razón y siempre quiere sentirse bien.
El ego es esa vocecita que nos critica diariamente a través de susurros. Es la que nos dice que no somos suficientemente buenos para alcanzar cierta meta o que no nos merecemos las cosas buenas que nos pasan.
A veces el ego crece descontrolado y llega a convertirse en un dictador, un tirano que cree tener todo el control sobre nosotros. Y lo peor de todo… en ocasiones nosotros mismos nos convertimos en un tirano, tratando mal a otras personas o a nosotros mismos. El ego da lugar a una conducta… el egoísmo.
Mientras que el ego solo piensa en sí mismo y es capaz de herir a otros para lograr lo que desea. El egoísmo nos aísla. Por eso a veces, quienes desarrollan su ego en exceso, sienten que son todopoderosos, que pueden hacer lo que quieran y cuando quieran. Y eso lleva la ausencia de humildad y de compasión.
Podemos salir del ego para liberarnos de su tiranía y experimentar nuestra verdadera esencia, nuestra conciencia infinita.
Escuchando la voz del ego
El ego nos habla a diario… podemos conocerlo a través de lo que nos susurra…
- El ego juzga… Es nuestro peor crítico, juzga si somos “buenos o malos”, si tendríamos que actuar de otra manera y también nos angustia con su necesidad de juzgar a los demás.
- El ego toma partido… Y como solo piensa en sí mismo, tomará partido por ti, te dirá que has actuado bien hiriendo a otros, te dirá que eres víctima de los demás y que por eso debes entrar en conflicto con otros, para que te tomen en serio.
- El ego hace chantaje emocional… Siempre se quiere salir con la suya y por eso te mostrará argumentos para que solo pienses en ti. Además de usar tu mente pensante, también te hará chantaje emocional, te hará sentir mal para susurrarte que debes defenderte o que la vida es injusta o que nada tiene sentido.
- El ego te hace sentir mal… Se expresa por medio del pensamiento y el auto-diálogo. Es miedo, inseguridad y desconfianza… es esa ansiedad existencial de la que hablan los budistas. Se experimenta como desagradable, como atrapado en tu cuerpo o en tu vida.
Convivir con el ego
El ego es una estructura de la mente que hemos hecho crecer durante toda nuestra vida, de modo que tenemos que aprender a convivir con él al tiempo que comenzamos a liberarnos de él, ampliando nuestro concepto del “yo” y liberándonos de la tiranía del ego.
Observar y conocer a tu ego, es una parte clave del camino de crecimiento interno. Porque si no lo conoces, no podrás convivir con él ni liberarte de él. El ego quiere sobrevivir a toda costa porque no comprende que él es solo una parte de la conciencia infinita que eres tú.
Esa misma historia te la has creído y por eso te da miedo la enfermedad y la muerte, porque te crees lo que el ego te dice… que si el cuerpo deja de existir, el ego también. Y es cierto… el ego deja de existir porque es un personaje que has creado para esta vida, pero tú eres conciencia infinita que sobrevive tras la muerte.
Algunas cosas que podemos hacer para convivir con el ego, son…
Observa a tu ego: Para liberarte del ego, antes debes conocerle y para eso tienes que observar tu mente en profundidad. Podrás encontrar a tu ego: en las críticas y en los juicios, en tus miedos y en las razones que te da para que no hagas ciertas cosas, en tu falta de flexibilidad, apegándote a creencias, queriendo que otros hagan lo que tú crees que es mejor, aferrándote a personas o cosas que crees dan sentido a tu vida, en los monólogos negativos que te hacen sentir débil e incapaz.
Identifica la voz de tu ego: Tu ego te habla de una manera concreta…Observa el tono que usa (autoritario, calmado o amenazante), observa si te grita o te amenaza por medio de susurros, observa si se esconde y está asustado cuando sientes miedo o si se llena de valor, observa las palabras que usa y si te insulta o degrada., observa de qué emociones se sirve para obligarte a hacer lo que él quiere. Escucha lo que necesita decirte, porque también está ahí para ayudarte y protegerte, aunque lo haga de una manera no adecuada.
Libérate de tu ego: La liberación total del ego es complicado en occidente y mucho más llevando la vida llena de responsabilidades que llevamos nosotros. Lo que sí puedes lograr es una liberación temporal de tu ego. Y aunque esto te pueda parecer poca cosa, con cada minuto que pasas alejado de tu ego, ganas en serenidad y te liberas de estados mentales que te hacen daño.
- Libérate de él cuando sientas que ves la vida de manera limitada. En esos casos, recuerda que todo cambia y que tú ves así las cosas pero las cosas no tienen por qué ser como tú dices.
- Libérate del apego cuando tienes rumiaciones. Los pensamientos negativos son creados por el ego para mantenerte ocupado, pero no tienes por qué quedarte atrapado en ellos. Cuando sientas que los pensamientos negativos te secuestran, respira y recuerda que tú no eres el pensamiento… tú eres la conciencia que observa el pensamiento.
- Libérate del ego durante la meditación: Durante la meditación, el ego puede descargar todos sus miedos y preocupaciones. E incluso puede hacerte sentir inquieto al tomarte unos minutos para ti. Un truco del ego, es que intenta distraerte de esos minutos de contemplación interna y a veces te agobia tanto, que terminas abandonando la meditación porque no te centras. En ese momento el ego ha ganado.
- Liberándote de las expectativas del ego: En ocasiones, mi ego se centra en expectativas altas que cree que tengo que alcanzar y hace que me obsesione con ciertos temas. Cuando eso ocurre, siento que me pierdo a mí misma, porque en mi esencia, sé que no es importante tanto la meta final como el camino que recorro. Cuando siento que el ego necesita ser reconocido por otros o alcanzar grandes metas, simplemente vuelvo a mí pensando en que la meta no es el objetivo, que lo que de verdad me importa es aprender en el camino de la vida. En ocasiones tengo que insistir durante días o semanas para que el ego abandone sus deseos y expectativas, pero cuando al fin lo logro, siento que vuelvo a ser libre, que me he liberado de la tiranía del ego.
El ego nos ayuda a vivir… solo hay que limitar su influencia