En el anterior artículo del blog, te hablé de que la mente humana es el mayor de los misterios.
Y es un misterio porque parece que todo está bien estructurado, pero podemos modificar nuestra mente porque es flexible.
Y aunque parezca que nunca podremos pensar diferente ni ver la vida desde otra perspectiva, lo cierto es que podemos re-programar nuestra mente consciente e inconsciente.
Hoy te hablaré de cómo re-estructurar tu mente consciente en solo cuatro pasos…
Observar
Solemos querer cambiar sin conocernos en profundidad… y eso es imposible.
Por eso el primer paso previo a cualquier cambio, es la auto-observación. El ser humano es complejo, lleno de facetas, aristas y también de conflictos interiores. Por eso nuestra observación ha de ser holística…
- Mente: Cuando hablo de observar la mente, me refiero a observar los pensamientos que viven en nuestra mente. Me gusta pensar en los pensamientos como dicen los budistas… como proyecciones de la mente que nos indican lo que ocurre dentro de nosotros. Cuando observamos de manera neutral nuestros pensamientos, sin críticas ni juicios, nos damos cuenta de que cada pensamiento trae un mensaje y oculta en su interior los andamios sobre los que se ha construido nuestro mundo interior (creencias, auto-diálogo y auto-concepto).
- Emociones: Las emociones viven en nuestra mente y en nuestro cuerpo, en cada célula. Por eso debemos observar nuestras emociones a través de nuestra sensibilidad… experimentando esos pequeños signos físicos como vacíos, presión en el pecho, los nudos atascados en nuestro abdomen o en los escalofríos que nos pueden recorrer brazos, piernas y espalda. Las emociones son guías que nos ayudan a vivir más plenamente.
- Cuerpo: El cuerpo guarda una sabiduría ancestral que debemos escuchar. Las emociones se expresan de manera natural a través de sensaciones. Y cuando las emociones se quedan atrapadas en él, podemos sentir dolores, molestias o un profundo malestar cuyo origen es emocional. Observar nuestro cuerpo, nos aproxima a quienes somos en realidad.
- Energía: Somos seres energéticos… nuestro cerbero funciona a través de la electricidad, nuestro corazón expande una potente energía con cada latido y nuestro cuerpo sutil es energía contenida en el cuerpo. La energía solo tiene un objetivo: fluir, moverse. Y los humanos nos hemos convertido en expertos del inmovilismo, estancándonos aunque sintiendo angustia cuando eso ocurre. Observar los cambios energéticos de las emociones en nuestro cuerpo, es una buena manera de observarnos y conocernos más.
Toma de consciencia
Tras la observación, llega la toma de consciencia. Con la práctica, comenzamos a reinterpretar cada sensación, cada pensamiento, cada molestia física.
El hecho de tomar conciencia es un proceso en sí mismo, donde pasamos de la oscuridad del desconocimiento, a la luz de conocernos más profundamente. Aunque para ello debemos estar atentos y no tratar de evadirnos del dolor y del sufrimiento.
La toma de consciencia requiere atención… mucha atención. Y aunque al principio cuesta un esfuerzo extra dirigir nuestra atención hacia esta parte de nosotros mismos, cuando lo logramos, alcanzamos tesoros escondidos en nuestro interior. Y empezamos a preparar el terreno interior para sembrar algo nuevo.
Aceptándonos
Este paso es uno de los más difíciles… porque cuando nos adentramos en nuestra mente y la observamos de cerca, hay muchas cosas de nosotros mismos que rechazamos.
Y el rechazo nos lleva a la crítica, al reproche e incluso a veces, al maltrato de nosotros mismos. Y todo esto es lo contrario a la aceptación.
La aceptación no tiene que ver con nuestros gustos… la aceptación tiene que ver con la neutralidad, siendo conscientes de que las cosas son como son, más allá de nuestros deseos. Solo de la aceptación puede nacer la verdadera transformación.
Reprogramar
Esta es la fase del cambio activo… es la última fase aunque siempre queremos comenzar por ella, sin comprender que antes de transformarnos, debemos conocernos y aceptarnos profundamente.
La re-programación de la mente consciente requiere tiempo y esfuerzo. Nuestra programación surgió en etapas tempranas de nuestra vida y sobre ella se van creando el resto de estructuras de la mente.
La re-programación de la mente debemos hacerla desde la mente y el cuerpo.
En la mente… consiste en modificar los pensamientos que no encajan con la manera en que queremos vivir, que suelen ser pensamientos negativos, catastróficos a veces. También podemos cambiar nuestras creencias… porque al fin y al cabo, creamos la realidad en la que vivimos, desde nuestra mente. Y siempre podemos elegir los pensamientos que nos acompañarán en el día.
En el cuerpo… es importante enviarle al cuerpo las señales adecuadas. A través de la respiración consciente podemos mostrarle que no estamos en peligro, a través de la meditación le mostramos que estamos en paz y serenidad, a través de un descanso adecuado, le indicamos que se puede relajar.
En la energía… somos parabólicas enviando energía a nuestro entorno y al universo. Y esa energía la podemos elegir cada día en base a lo que pensamos, sentimos y a nuestras conductas… porque siempre podemos elegir entre la bondad o el odio.
Y si quieres aprender más de la re-programación de tu mente subconsciente, no te pierdas el artículo de la semana que viene.
Estamos en constante cambio