La psicología es un arte que se aprende practicándola.
En la universidad te dicen que la psicología es ciencia, pero en mi trayectoria profesional, me he dado cuenta de que es mucho más.
La estadística no se puede aplicar ante un sentimiento de abandono o ante la tristeza más profunda.
En esos casos, es nuestra humanidad la que ayuda, es nuestra empatía la que nos hace conectar con esas emociones intensas que siente otra persona.
Tal vez te parezca curioso el título de este artículo, porque te digo que la psicología es un arte, pero también quiero hablarte de la fórmula de la psicología.
Verás… esta fórmula no está formada por números, es una fórmula formada por palabras que describe bien lo que hacemos en terapia.
Psicología = Descubrir + Aprender
Acompáñame en esta exploración a través de la psicología.
Descubrir
Siempre que llega a mí un nuevo paciente, me siento como una exploradora.
La primera sesión es para mí el primer acercamiento a la otra persona. Por eso soy cuidadosa, por eso sostengo el dolor ajeno y me quedo con él o ella en sus lágrimas o preocupaciones.
Sé que acudir a un psicólogo por primera vez, no es fácil. Porque tenemos que contarle cosas íntimas a alguien que no conocemos. Y siempre me sorprende la valentía de mis pacientes, que permiten que salgan sus lágrimas aunque estén sorprendidos de que aparezcan.
En esta primera sesión, comienzo a recorrer junto con el paciente, un camino de descubrimientos.
Y es que la terapia es un entorno seguro en el que recorrer el camino de la vida del paciente. A veces tenemos que ir hacia atrás… hacia la infancia, donde todo se gesta. Otras veces nos quedamos en el presente, resolviendo los problemas que van surgiendo. En otras ocasiones, viajamos al futuro para crear aquello que quiere vivir.
Y en este caminar, descubrimos cosas que estaban enterradas en el olvido, pero que eran una pequeña herida que se abría de vez en cuando.
Para mí, los descubrimientos que hago con mis pacientes, me ayudan a comprender mejor la mente humana y me ayudan a buscar estrategias con las que trabajar todo lo que sentimos los seres humanos.
Para el paciente, es iniciar una camino de auto-descubrimiento que le llevará a comprender sus pensamientos, sus emociones, a regularlos. También descubrirá cómo lo vivido en el pasado ha graduado las gafas a través de las cuales ve la vida.
Y todo esto es lo que nos permite cambiar y transformarnos. Porque podemos sanar las heridas, podemos regular nuestras emociones y podemos modificar nuestros pensamientos.
Por eso tenemos tanto poder. Solo que se nos ha olvidado.
En terapia, recuperas este poder que estaba dormido en ti, esperando que llegara el momento propicio.
Aprender
Cuando exploramos nuestros caminos interiores, exploramos nuestras heridas y nos auto-descubrimos, las lecciones llegan solas.
Creo que la terapia nos aporta muchos aprendizajes…
- Aprendemos cómo funciona nuestra mente.
- Aprendemos que nuestro mundo emocional está vivo.
- Aprendemos que el cambio y la transformación es lo natural.
- Aprendemos a aceptar todo lo que pensamos y sentimos.
- Comprendemos que podemos sanar el pasado para crear una nueva versión de nosotros mismos.
- Nos conocemos realmente al profundizar en nuestro sufrimiento.
- Aprendemos que la vida es tan bonita o fea como nosotros queramos.
- Recuperamos nuestro poder para crear la realidad que queremos vivir.
Esto son solo algunos aprendizajes… pero hay muchos más.
Cada persona aprende cosas diferentes en terapia, porque depende del momento vital que está experimentando y de las cosas que hay que sanar.
Lo curioso es que cuanto más avanzamos en la terapia, más profundizamos.
Me gusta imaginarme este proceso de profundización, como los sedimentos. Cada etapa de nuestra vida, deja una capa de sedimentos diferente.
Lógicamente tenemos que empezar por la superficie… donde viven las preocupaciones, donde hay mucha mente en forma de pensamientos. Suele estar presente también el estrés.
Pasamos a la segunda capa y nos encontramos con las emociones… emociones que hemos rechazado o escondido porque no sabíamos qué hacer con ellas.
En la siguiente capa, encontramos las creencias limitantes y potenciadoras que hemos ido adquiriendo a lo largo de la vida. En terapia, modificamos las creencias limitantes y creamos nuevas creencias potenciadoras.
Vamos profundizando cada vez más y empezamos a vislumbrar la sombra… aquella parte de nosotros mismos que rechazamos porque nos habla de cosas que no nos gustan. Y esa sombra aparece a veces reflejada en otras personas. Si somos conscientes, la sabremos identificar y utilizarla a nuestro favor para seguir creciendo.
La siguiente capa es importante porque empezamos a adentrarnos en el subconsciente… en ese almacén donde hemos guardado las cosas que no necesitamos en nuestro día a día, pero que guían nuestra vida en silencio. Y aquí encontramos a nuestros niños interiores (uno por cada etapa de evolución), también encontramos las heridas infligidas a esos niños que vuelven a abrirse con ciertas situaciones que vivimos en el presente.
Una vez que llegamos al subconsciente, no podemos profundizar más, hemos llegado a la meta. Y aunque explorar el subconsciente es importante, no lo podríamos haber hecho sin explorar previamente el resto de capas de sedimentos.
Por eso la terapia es un proceso de aprendizaje. Debemos tener paciencia y mantener una actitud de curiosidad hacia uno mismo, sin juzgar lo que vayamos encontrando, aprendiendo de cada paso, de cada lección.
Por eso creo que la fórmula de la psicología se resume en Descubrir + Aprender.
Y tú, ¿qué opinas?
La terapia es un proceso de transformación y sanación