El término resiliencia, se ha puesto de moda.
Este concepto que proviene de la ingeniería, nos da un marco a los psicólogos para intervenir sobre la fortaleza emocional.
A nivel técnico, en ingeniería se habla de resiliencia para referirse a la capacidad de un material o sistema para ajustar su funcionamiento, antes, durante, y después de cambios y perturbaciones.
A nivel psicológico, el concepto de resiliencia nos indica la fortaleza emocional que adquirimos de las adversidades. Es la profunda transformación que podemos experimentar después de vivir alguna crisis, llegando incluso a hallar el sentido de nuestra vida gracias a esa situación que dio la vuelta a nuestro mundo.
Como decía Buda… la vida no es solo alegría ni es solo sufrimiento… la vida es una mezcla de ambas.
Acompáñame para descubrir los secretos de las personas resilientes… ¿tú eres una de ellas?
La fortaleza emocional
Me gusta hablar de fortaleza emocional… para mí significa que somos capaces de afrontar cualquier situación que la vida traiga (más o menos desagradable). Esta fortaleza nos permite atravesar el dolor y transformarnos en el camino.
Este proceso me recuerda a la alquimia, la transmutación que podemos hacer al atravesar una situación que nos provoca mucha presión, malestar o sufrimiento. Nos podemos convertir en alquimistas de las emociones.
Creo que la clave de la fortaleza emocional está en…
- Aceptar lo que la vida nos traiga.
- Aceptar nuestras emociones (sean cuales sean).
- Quedarnos con las emociones y darles salida.
- Regular nuestras emociones.
- No huir de la situación vivida porque las emociones nos agobian.
- Ser comprensivos con nosotros mismos y darnos espacio para sentir lo que sentimos.
- Observar las lecciones que guarda esa situación vital.
Algo importante que debes saber, es que adquirir la fortaleza emocional, es un proceso, es algo que adquirimos con el tiempo y la práctica, por lo que la paciencia es esencial.
La resiliencia nos ayuda a no quedarnos atrapados en las experiencias negativas y en los estados anímicos desagradables. Cuando aprendemos a ser flexibles y resilientes, nos damos cuenta de que nuestras emociones son dinámicas, cambian constantemente y siempre vamos a regresar a la serenidad y el equilibrio emocional.
Los humanos somos capaces de crecer y evolucionar en cualquier entorno, en la alegría y en la tristeza. Pero algo de lo que me he dado cuenta a lo largo de mi vida, es que las situaciones negativas, el sufrimiento y los retos, son nuestro trampolín para crecer y hacernos más fuertes.
Por eso, el primer cambio que debes hacer es este… en lugar de huir o rechazar las malas experiencias, tómalas como excusa para crecer, siente que es una oportunidad única para cambiar y transformarte, para crear una mejor versión de ti mismo.
Y es que ser capaz de salir reforzado de una situación adversa, nos llena de fuerza… la fuerza que nos da la aceptación.
Aceptar es quedarnos con lo que la vida nos trae, es una ausencia de rechazo, es sentir que las cosas son como son, aunque no nos guste. Porque aceptar no es sinónimo de resignación, la verdadera aceptación es fluir con lo que la vida nos trae, manteniendo una actitud de curiosidad y aprendiendo de cada situación vivida.
Nuestro cuerpo está acostumbrado al cambio, son nuestra mente y ego quienes nos dejan anclados a situaciones pasadas, quienes nos mantienen en la frustración y el enfado. Tu corazón late sin parar, tu respiración cambia constantemente, las células de tu cuerpo se renuevan y tu cerebro también cambia su configuración, la neuroplasticidad así nos lo muestra.
Puedes cambiar tu perspectiva y manera de ver la vida y vivir en el mundo, porque tu cerebro es flexible, porque eres capaz de cambiar tu cerebro desde dentro. Éste es tu gran poder.
Las 10 cualidades de las personas resilientes
Auto-conocimiento: Las personas resilientes, se conocen bien a sí mismas. Son conscientes de sus emociones, pensamientos, creencias y necesidades. Para conocerte en profundidad, debes dedicarte tiempo, identificar las señales de que una emoción intensa te atrapa, averiguar por qué ocurre esto y reflexionar. La meditación también te puede ayudar a observar la mente sin apegarte a los pensamientos y emociones.
Celebrar la vida: La vida nos puede desgastar y agotar, por eso es tan importante celebrar la vida y desarrollar nuestra gratitud. Las personas resilientes son capaces de ver el lado bueno de las cosas, aprenden de todo y confían en que podrán afrontar cualquier cosa que la vida les traiga.
Unirse al flujo del cambio: En la vida, todo cambia constantemente. Solemos tener miedo al cambio porque supone salir de nuestra zona de confort, pero el cambio tiene la capacidad de hacernos avanzar. Saber que nuestras emociones también cambian, nos ayuda a afrontar mejor los malos momentos y las personas resilientes, se sienten capaces de afrontar las malas etapas porque saben que también acabarán.
Acudiendo a la creatividad: La creatividad es una fuente infinita de ideas que todos tenemos pero que no todo el mundo sabe cómo acceder a ella. Las personas resilientes son creativas y por ello encuentran soluciones poco habituales a sus problemas. Cuando vivimos desde nuestra corriente creativa, desarrollamos nuestro valor y coraje, porque nos damos cuenta que siempre podemos encontrar soluciones a lo que la vida traiga.
Aprendices eternos: Algo que saben todas las personas resilientes, es que aprendemos constantemente, porque la vida es una gran escuela. Estas personas, en lugar de ver amenazas, ven oportunidades de aprendizaje o desafíos que pueden superar. Para ser un buen aprendiz, nunca debemos perder nuestra curiosidad.
Cultivando la compasión: Cuando somos compasivos con otros y con nosotros mismos, escuchamos y cuidamos para acabar con el sufrimiento. Cuando cultivamos nuestra compasión, nos llenamos de fuerza para nosotros mismos y también para ayudar a otros.
Optimismo: Las personas optimistas no se vuelven ciegas a la adversidad y a los problemas, sino que deciden ver en las cosas menos deseadas o desagradables de la vida, a maestros. Ser optimista es una decisión diaria que debemos tomar, porque todo depende de la manera en que interpretamos los sucesos de la vida.
Auto-cuidado: Una persona resiliente, sabe cuáles son sus límites, identifica cuándo necesita descansar y cuándo puede esforzarse.El auto-cuidado nos permite ser más flexibles al tiempo que nos fortalece y nos hace más resilientes.
Viviendo en el presente: Supone aprender a vivir en el presente sin juzgar las situaciones de la vida, los pensamientos o emociones como “buenas o malas”. Estar en el presente nos ayuda a equilibrarnos en los momentos de calma y en los que están llenos de desafíos. Las personas resilientes encuentran el equilibrio entre vivir en el presente y proyectarse en el futuro sin apegarse al resultado de sus proyectos o deseos. Por eso son personas muy flexibles que se adaptan fácilmente a cualquier entorno y suceso.
Conexión emocional: Las personas resilientes viven desde su universo emocional particular, aceptan sus emociones y tienen estrategias para regularlas. Ten paciencia, observa lo que ocurre en tu cuerpo y mente cuando sientes algo especialmente intenso o profundo y quédate con la emoción. Desarrolla tu introspección y conócete.
A lo largo de los años, me he ido fortaleciendo… precisamente a través del dolor y sufrimiento. Ahora me siento en equilibrio y aunque sigo trabajando en mí y tengo momentos de agobio… me duran menos y convivo con ellos en lugar de resistirme.
Y tú… ¿Cuántas cualidades de las personas resilientes te quedan por desarrollar?