Una de las características más importantes de la humanidad, es que podemos comunicarnos a través de palabras. Es tan natural en nosotros, que no le damos la importancia que tiene. Especialmente porque hay una dimensión del lenguaje que no podemos ver, pero que tiene efectos profundos en nosotros.
El lenguaje, nos aporta la capacidad única de crear el mundo a través de las palabras, llegando a describir procesos o sentimientos profundos que solo existían en nuestra mente.
Siempre me ha parecido algo mágico cómo dependiendo del uso que hacemos de una palabra, podemos crear mundos muy distintos.
Y me sorprende mucho cómo diferentes lenguas, tienen palabras o expresiones típicas de su cultura que para otras culturas son incomprensibles o no poseen una palabra para describirlas.
Las culturas orientales me atraen por su manera de ver la vida y a las personas, pero también por la profundidad de su lenguaje, capaces de describir sentimientos profundos con una sola palabra.
Hace poco leí un artículo que hablaban de algunas palabras japonesas profundamente bellas. Y hubo una que me llamó especialmente la atención. ..
Aware… Hace referencia a la melancólica felicidad efímera de la belleza que trasciende nuestro día a día. Cuando sentí su significado, en mi mente vino la imagen de un atardecer frente al mar, la del reflejo de la luna en el agua del mar o la del abrazo que damos a aquella persona que amamos. Porque estos momentos están llenos de felicidad y cierta melancolía… tal vez por añorarlos, tal vez por sentir que van a acabar.
Y es que me doy cuenta de que la lengua que hablamos puede limitarnos o expandirnos. Considero que las lenguas orientales, ricas en descripciones, nos hablan más desde su energía y las emociones que desde la mente racional.
Nuestra realidad depende en gran medida de la lengua que hablamos y de las palabras cotidianas que usamos.
¿Te has parado a pensar qué palabras usas a diario?… te invito a que esta semana observes cuáles son las palabras que más usas contigo mismo y con los demás.
Y recuerda… esas palabras construyen la realidad en que vives.
La energía
Más allá del significado de las palabras, está su energía, que se transmite de manera silenciosa por nuestro cerebro y por cada célula de nuestro cuerpo.
Por eso debemos ser cuidadosos con las palabras que escuchamos y que expresamos, porque tienen el poder de cambiar cómo nos sentimos, cómo vivimos y quiénes somos.
Siempre me ha parecido muy interesante el significado de las 22 palabras del alfabeto hebreo. La Kabbalah es un camino espiritual para vivir la vida cotidiana. A través de ella, podemos comprender el origen de nuestro universo y la verdadera naturaleza de la humanidad.
Según la Kabbalah, cada letra de las 22 del alfabeto hebreo, nos habla de los elementos esenciales que la Divinidad o el Creador ha utilizado para crear la realidad en que vivimos. Así conectamos con el tejido del que está hecha la realidad.
Desde esta corriente espiritual, nos hablan de diferentes características: humildad, dualidad, bondad, aprender a compartir, aprender a recibir, espiritualidad, capacidad creadora, sanación, elevar nuestra vibración o desarrollar el potencial de nuestra alma, entre otras cosas.
Además de cuerpo físico, los humanos tenemos un cuerpo energético. Y cada centro energético o chakra, vibra en una energía muy concreta. Si quieres aprender más de este tema, te invito a leer mi post, haciendo click aquí
Cada centro energético del cuerpo sutil, tiene una función y una energía asociada que tiene que ver con cómo nos relacionamos con el mundo. Los chakras inferiores funcionan con bandas energéticas más bajas y según ascendemos, la energía se hace más ligera y menos densa.
- Muladhara chakra – base de la columna: banda energética 396Hz. “Yo soy”
- Svadhistana chakra – ombligo: banda energética de 417Hz. “Yo siento”
- Manipura chakra – plexo solar: banda energética de 528Hz. “Yo hago”
- Anahata chakra – corazón: banda energética de 639Hz. “Yo amo”
- Visudha chakra – garganta: banda energética de 741Hz. “Yo hablo”
- Ajna chakra – tercer ojo: banda energética de 852Hz. “Yo veo”
- Sahasrara chakra – coronilla: banda energética de 963Hz. “Yo comprendo”
Nuestra naturaleza energética siempre nos acompaña, aunque no siempre somos consciente de ella. Adentrarme en este mundo del cuerpo sutil, ha supuesto un gran cambio en la manera en que me escucho a mí misma y a los demás.
Tal vez a ti también te ayude comprender que tu verdadera naturaleza es energética, así podrás trascender tu cuerpo y mente racional, para adentrarte en facetas de ti nunca antes exploradas pero que marcan tu vida.
La energía de las palabras
En mi intento por comprender mejor lo que habita en mí y que no puedo explorar solo con mi mente racional, me adentré en la búsqueda de información sobre la energía y cómo las palabras pueden cambiar la energía que nos rodea.
En este proceso, me topé con Masaru Emoto y sus estudios sobre cómo las palabras influyen en la forma del agua cuando se cristaliza.
Masaru Emoto fue un científico japonés que estudió el modo en que las palabras, emociones y sonidos pueden afectar a la estructura cristalizada del agua al congelarse.
Sus hallazgos indicaban que las emociones positivas (amor, gratitud, esperanza, compasión) que se transmiten al agua, crean estructuras geométricas bellas cuando ese agua se congela y que las palabras negativas (odio, enfado, burla), crean una estructura no geométrica.
Para que lo veas más claramente, a continuación puedes ver una imagen obtenida en estos estudios sobre las palabras, su energía y el impacto en la estructura del agua.
Este tema tuvo tanto éxito, que incluso en los colegios se hicieron experimentos con arroz en agua, donde un bote de arroz era sometido a palabras hermosas y otro bote de arroz recibía palabras negativas. El arroz que recibía palabras negativas se pudría, mientras que el que recibía palabras positivas se mantenía fresco.
Masaru Emoto, tras sus investigaciones, reflexionó sobre el impacto que puede tener para nuestro cuerpo determinadas palabras y emociones, pues no debemos olvidar que el 70% de nuestro cuerpo está formado por agua. Para Emoto, las palabras y emociones que nos pueden ayudar a crear una mejor vida y un mejor mundo son el amor y la gratitud.
Si este tema te interesa, te recomiendo el libro, “Los mensajes ocultos del agua”, del Dr. Masaru Emoto.
El habla consciente
Por todo lo que he compartido contigo hoy en este post, te invito a ser cuidadoso con las palabras que usas.
No es tanto por temor, como por comprender el impacto que tiene en tu mundo físico, las palabras y la energía que emites desde tu mente.
Hablar conscientemente requiere dejar a un lado la impulsividad propia de las emociones intensas, para quedarnos con la emoción y darnos un tiempo antes de pronunciar palabras.
Las palabras alteran nuestro cuerpo, nuestra realidad y la realidad de otras personas. Son las palabras las que crean el mundo que habitamos.
Y además de cuidar lo que decimos, también debemos cuidar lo que escuchamos. Porque nos podemos intoxicar con energía que no nos pertenece y que nos desequilibra.
El cuidado emocional no solo pasa por darnos tiempo y descansar, sino también por elegir sabiamente las ideas que escuchamos, la letra de la música que escuchamos, las noticias que leemos o vemos e incluso las personas con las que hablamos de manera habitual.
Porque todo esto tiene la capacidad de desequilibrarnos y crear realidades en las que no deseamos vivir.
Tienes un poder creador sin límites, úsalo sabiamente.
Tú y solo tú, decides la realidad en la que vives