Los seres humanos, somos un compendio de materia y energía.
Comprendemos bien la materia porque nuestros sentidos nos aproximan a ella… aunque exista una diferencia infinita entre lo que captamos y lo que es.
Con la energía, sin embargo, nos cuesta más conectar. En parte porque es invisible, aunque en realidad, la podemos captar cuando estamos conectados a nuestro cuerpo.
En nuestro cuerpo, la química y la energía, son los ladrillos en que se construye nuestra realidad interna y externa. Porque todo depende de la energía externa y de cómo la interpretamos, lo que da lugar a hormonas y neurotransmisores (química), que cambian la manera en que experimentamos las cosas.
Las emociones nos pueden parecer enigmáticas, tal vez nos generan incomprensión e incomodidad. Pero las emociones, son las que nos hacen realmente humanos. Sin ellas, nos sentimos perdidos y nos conduciremos por la vida como autómatas.
Siempre que hablo de las emociones, digo que son “energía en movimiento”… nada más y nada menos.
Comprender que las emociones son energía, nos ayuda a entender su sutileza y su poder para cambiar incluso la manera en que funciona nuestro cuerpo.
Las emociones nos ayudan a dar sentido a la realidad externa en la que vivimos. Por eso la cultura china, define a las emociones como… “todas las configuraciones de la realidad”.
Concepción china de las emociones
En mi búsqueda por comprender mejor las emociones humanas, he acudido a las culturas orientales por la profundidad con que comprenden las cosas.
Desde la cultura oriental china, podemos hablar de las emociones en base a loscinco elementos, es lo que se llama “Wuxing”. Este concepto no se refiere tanto a las características de cada emoción, como al proceso de cambio constante que se produce en las emociones.
Porque algo claro en la cultura oriental, es que las emociones se transforman y cambian a través de cinco fases…
- Madera: Hace referencia a la fase de crecimiento de la emoción, ya sea ascendiendo en nuestro cuerpo o saliendo hacia fuera. También hace referencia a las sensaciones de expansión o contracción que la emoción deja en nosotros. Se relaciona físicamente con el hígado. La emoción propia de este elemento es la ira que se transforma en preocupación.
- Fuego: En esta fase, la emoción se “calienta” (toma fuerza) y asciende. Se relaciona físicamente con el corazón. Forman parte de este elemento la alegría y también la tristeza o el dolor emocional.
- Tierra: En esta fase, la energía de la emoción se transforma, es transportada por el cuerpo y tiene la capacidad de absorbernos. Se relaciona físicamente con el bazo. Se refiere a la ansiedad, el exceso de pensamientos y el miedo.
- Metal: En esta fase, la emoción se limpia y contrae. La emoción comienza a diluirse. Se relaciona físicamente con los pulmones. La tristeza y el dolor pueden transformarse en angustia.
- Agua: Esta fase es hidratante, refrescante y es el momento en que la emoción desciende suavemente en intensidad. Se relaciona físicamente con los riñones. El miedo queda transformado en alegría a través de esta fase.
La energía de las emociones
La transformación emocional es una manera de sanar emociones a través del “Qi”, la energía vital, la base de la vida. Comprender que las emociones se mueven y transforman, nos ayuda a convivir con ellas de una manera más serena.
La energía vital o “Qi”, se transforma a cada momento, cambia y está en movimiento. Por eso todo cambia en nosotros. Dependiendo de la emoción que sintamos, nuestro “Qi” o energía vital se comporta de cierta manera…
- Enfado o ira = La energía vital se mueve hacia arriba.
- Felicidad = Qi relajado.
- Tristeza = Energía vital disipada.
- Miedo = El Qi se mueve hacia abajo.
- Sobresalto = La energía vital se altera.
- Sobre-pensamiento = El Qi se congela.
Por todo esto, se dice que las emociones intensas o muy duraderas, alteran el movimiento de la energía vital y esto afecta a la función de nuestros órganos y vísceras.
Cuando las emociones excesivas nos acompañan mucho tiempo, la circulación del “Qi” o energía vital, se obstruye y el funcionamiento de nuestro cuerpo cambia, dando lugar a problemas psicológicos y físicos.
La cultura oriental china habla de equilibrio o desequilibrio de la energía vital más de que de salud o enfermedad.
Transformando la energía emocional
En occidente también podemos transformar la energía de las emociones para que no se queden atrapadas en nuestro cuerpo y mente.
Algunas de las cosas que yo suelo practicar para transformar mis emociones, son…
- Respirar: Cuando respiras, envías los mensajes correctos a tu cerebro y a tu cuerpo. Respirar oxigena tu cerebro y todas las células de tu cuerpo, movilizando tu energía vital de manera natural. Es suficiente con tomar 3 inspiraciones profundas, sintiendo el flujo de aire que viene y va… como las propias emociones.
- Pausarnos: Las emociones intensas nos hacen impulsivos, tratando de dar una salida rápida a nuestro malestar. Es conveniente no hablar ni actuar cuando tenemos tanta energía emocional en nuestro interior. Es mejor pausarnos, respirar y darnos 5 minutos fuera del lugar o lejos de la persona que ha desencadenado la emoción intensa. Te pausas para equilibrarte y ser tú quien responda, no tu emoción.
- Mover el cuerpo (y su energía): Las emociones tienen un efecto directo en nuestros niveles de energía, por eso una buena manera de regular el exceso o defecto de energía que nos deja una emoción, es movilizar el cuerpo. Si sientes un exceso de energía, tal vez caminar a un ritmo intenso para ir reduciendo el ritmo poco a poco, te ayude. Si sientes poca energía, los movimientos han de ser suaves y amables, como una caminata consciente por la naturaleza.
- Re-interpretar las experiencias: La realidad es neutral hasta que entra en contacto con tu psique y la manera en que has construido tu visión de la vida. Recuerda que toda emoción sentida, es una respuesta de tu sistema nervioso y cerebro, dependiendo de las redes neuronales que se activan (heridas emocionales, experiencias previas, tu manera única de ver el mundo) y de la activación de tu sistema nervioso: bienestar si se activa tu vago ventral, lucha-huida si se activa sus sistema nervioso simpático o congelación y falta de energía si se activa tu vago dorsal. Cambia la historia que te cuentas a ti mismo sobre lo que te sucede, toma perspectiva.
- Aceptar a la emoción: Tan simple (y tan difícil) como aceptar lo que sientes en cada momento pero sin actuar de manera precipitada. Deja un espacio a tu emoción para sentirla, permite que se exprese, que te dé su mensaje y verás cómo poco a poco se deshace. Abandona toda lucha y abraza a tus emociones.
“El mar es así de grande porque no menosprecia los riachuelos”
– Proverbio chino –


