Como seres humanos, poseemos un rico y complejo mundo interior.
Pero esa complejidad, habitualmente nos genera malestar y angustia. Solemos sentir que en las profundidades de nosotros mismos, donde apenas miramos, se esconden sombras terroríficas que nos podrían destruir por completo.
Por eso solemos huir de nuestro interior y de esas sombras, buscando fuera de nosotros cualquier distracción que nos haga olvidar esa sensación de miedo. Por eso acudimos al alcohol, las drogas, las relaciones que no nos llenan, las compras, el móvil, la comida y otro sinfín de cosas externas que nos aturden.
Lo que no solemos saber, es que esas sombras internas, son en realidad las que dirigen nuestra vida. Son las que nos hacen vivir desde la coherencia o la incoherencia, desde la luz o las sombras, desde el amor o el miedo.
Y hasta que no miramos a la cara a esas sombras, no podemos ser totalmente libres ni podremos elegir los caminos que recorreremos en la vida. Por temor a confrontar nuestras sombras, solemos renunciar a nuestra libertad de elección.
Creo que una parte de mí siempre ha sabido que el camino es hacia dentro. Porque solo cuando me permito estar conmigo, escuchando mis pensamientos, sintiendo mi cuerpo y quedándome con el dolor, puedo llegar a atisbar mi verdadera naturaleza.
Como persona altamente sensible, necesito mucho tiempo a solas conmigo misma. Necesito silencio interno y externo. A veces es más fácil encontrar el silencio externo que el interno. Pero también sé que cuando escucho demasiado ruido en mi interior, es señal de que no he buscado lo suficiente esos momentos para mí, para meditar, para limpiar mi mente de los residuos del día a día.
Siento que la vida es como el camino de la fotografía que acompaña a este artículo. Es un camino sinuoso, no es recto, pero en cada curva, descubro cosas de mí que antes, con mi nivel de conciencia anterior, no podía descubrir.
Por eso este camino hacia dentro, está lleno de aprendizajes y de sorpresas, pero con cada paso que doy por él, me reafirmo, me convierto en la persona que siempre he estado destinada a ser.
El proceso de caminar hacia dentro
En mi caso, este proceso vino de la mano de la atención plena. Cuando me introduje en la práctica de mindfulness y de la meditación, empecé a descubrir partes de mí que nunca antes había visto…
- Fui consciente de lo activa que es mi mente, siempre viajando entre el pasado y el futuro.
- Empecé a sentir mi cuerpo de una manera distinta, como un ciclo eterno que se mueve.
- Me conocí más profundamente, descubriendo mi mente de principiante.
- Empecé a observar un poco más, a juzgar algo menos, me hice más flexible y acepté lo que venía a mí.
- Comencé a no huir de las emociones, a quedarme con ellas para que se expresaran.
- Reduje mi impulsividad emocional (que ya era baja).
- Me afiancé en mi paciencia y tenacidad. Comprendí que lo que es para mí, llegará.
- Me hice consciente de que yo soy una parte activa de mi vida y que yo creo la vida que vivo desde mis emociones y pensamientos.
El punto clave para mí, fue empezar a meditar. A través de esta práctica, pude comprender mejor los “ladrillos” con los que está formada mi mente.
Para mí, el proceso de caminar hacia dentro, ha sido un proceso de auto-descubrimiento. La curiosidad me ha acompañado en cada paso, aunque también he visto cosas de mí que me han hecho sufrir.
Porque cuando decides embarcarte en este viaje hacia tu interior, revives ciertas cosas del pasado. El objetivo no es quedarte a vivir en ese sufrimiento, sino más bien trascenderlo al re-interpretarlo.
Siempre me he imaginado este caminar hacia dentro, como una caminata infinita que durará el resto de mi vida, aunque el paisaje cambiará. Para mí, tiene que ver con un viaje hacia mi interior.
Pero no todo el mundo lo vive igual. De hecho, hace poco una paciente me explicaba que para ella, este viaje está siendo como si estuviera volcando uno de sus bolsos y todos sus contenidos empezaran a caer. De repente, se da cuenta de que en ese bolso había más cosas escondidas de las que ella creía y no paran de caer (y aparecer) nuevos temas que tenía profundamente escondidos en su interior.
Cada persona vive este camino de manera única porque cada uno de nosotros somos únicos. ¿Cómo es para ti este proceso?
Elementos clave del crecimiento interior
En base a lo que he vivido y sigo viviendo en este proceso de ir hacia dentro de mí misma, comparto contigo algunos elementos que para mí han sido esenciales:
- Conectar con las emociones: Soy una persona altamente sensible, eso quiere decir, que siento las emociones muy intensamente, tanto que mi cuerpo puede dar un vuelco con una emoción que para otra persona, es una leve estimulación. A pesar de ello, por supervivencia, a lo largo de los años he creado una armadura emocional para tratar de regular el intenso mundo emocional que hay en mí. Eso ha hecho que no sienta las cosas del todo. Conectar con mis emociones, hacerles espacio, sentirlas en el cuerpo, dejar que se expresen y que finalmente se desgasten y desaparezcan, es el proceso clave en mi crecimiento interior.
- Trascender los pensamientos: Soy una persona muy reflexiva que puede llegar a rumiar mucho con temas que me preocupan. Eso ha hecho que buena parte de mi vida, me quedara atrapada y abrumada en mis miedos y preocupaciones. A través de la meditación, he podido mirar de frente a todos esos pensamientos y me he dado cuenta de que yo no soy ellos, que los pensamientos son solo teorías que emite mi mente para dar explicación a lo que ocurre fuera de mí, pero yo no soy esos pensamientos.
- Convertirme en espectadora: Hasta que no empezamos a comprender que la mente emite pensamientos como la radio emite la música de la emisora de radio, no podremos liberarnos de la angustia de la mente pensante. Poder ser observadora de mi propia mente, cuerpo, sensaciones y emociones, es otra clave de mi crecimiento interior.
- Integrando: En estos procesos de crecimiento, solemos llevar la mirada dentro, pero hay cosas externas que nos ayudan a profundizar esta mirada. En mi caso, la lectura y los documentales sobre espiritualidad, me han ayudado mucho a profundizar e integrar lo que iba aprendiendo de mí misma. Si te gustan los temas de espiritualidad, te recomiendo una plataforma de TV consciente, se llama “Gaia”.
- Silencio y soledad: Como la semilla que se convierte en una bella flor, necesito este silencio externo e interno, necesito la soledad de estar conmigo misma, incluso cuando mi mente está llena de pensamientos y me satura. Cada día soy más consciente del efecto que tiene en mí la energía de otras personas. Suelo sentirme agotada, incluso enfadada o perdida porque he absorbido demasiado de otros y pierdo el contacto conmigo misma. La única manera de seguir creciendo, es estar en silencio y en soledad. La soledad no siempre tiene que ocurrir a solas, en mi vida hay personas con quienes puedo compartir mi soledad… y eso es liberador.
El camino es hacia dentro, por eso no temas entrar en ti mismo, te esperan todo tipo de descubrimientos y regalos.
“La pequeña semilla sabía que para crecer, necesitaba ser cubierta de tierra, enterrada en la oscuridad y luchar para alcanzar la luz”
– Sandra Kring –