La naturaleza de la realidad es ilusoria… no porque no exista sino porque es una creación de nuestra mente.
Esta afirmación tal vez te sorprenda… porque tienes la sensación de que existe un mundo más allá de ti y de tu voluntad…
Y es así… tienes una sensación… todo el mundo que te rodea es tan solo una sensación que capta tu conciencia.
Tu conciencia crea la realidad que vives
Tendemos a pensar que la realidad está ahí fuera y nosotros solo observamos lo que ocurre… lo cierto es que esto no funciona así…
En realidad somos parte activa de la vida y la realidad… por el mero hecho de observar, sentir y pensar, estamos creando la realidad.
Y cuando varias conciencias vibran en una misma frecuencia y viven una realidad parecida, comenzamos a co-crear, empezamos a colaborar para crear una vida consciente.
Y creo que lo verdaderamente importante es ser conscientes de nuestro poder y cuando eso ocurre, comienzan a ocurrir cosas “mágicas” en nuestra vida, señal de que estamos conectados a la fuerza creadora de todo cuanto existe.
Mucho se habla de cuidar nuestro cuerpo… y es importante. Pero se habla menos de cuidar nuestra mente, de ser cuidadosos con lo que vemos, leemos, escuchamos, pensamos y sentimos.
Debemos aprender a nutrir nuestra mente con aquello que queremos manifestar en nuestra vida y realidad… no es fácil pero es un viaje muy interesante.
En 2020 yo comencé a emprender este viaje consciente y donde la gente veía caos, yo veía oportunidades, donde las personas sentían miedo, yo sentía gratitud, donde otros pensaban que todo era horrible, yo veía crecimiento… conciencias que despiertan, seres humanos que florecen desde el lodo… como el loto.
Sé que este viaje no es fácil, pero te voy a hablar de algunos pasos que he dado y sigo dando para crear la realidad que yo quiero vivir.
Pasos para crear mi realidad
Estar en contacto conmigo misma… Ésta es una de las grandes dificultades que he tenido y en ocasiones aún experimento… que la vida no me absorba, mantenerme dentro de mí a pesar del caos exterior. Mis necesidades son diferentes a las de los demás, y eso está bien, el mundo es fantástico porque cada persona, cada conciencia es única.
A mí también me ocurre que “desde fuera” veo la trayectoria de ciertas personas, observo sin estar implicada cómo ciertas decisiones pueden llevarles a ciertas consecuencias y aunque quiera profundamente a esa persona, sé que no puedo hacer nada… puedo avisar de que deben estar en ellos mismos, que sean conscientes de lo que deciden y hacen y desde dónde lo hacen (el amor, el enfado, la ira, la gratitud), pero no puedo hacer más.
Y es doloroso ver cómo alguien a quien quieres está dando pasos que le llevará a lugares complicados, pero también sé que es su vida y que cada persona debe cometer sus propios errores. Porque de esos errores nacerán las situaciones óptimas para poder vivir conscientemente.
Y es que no depende de mí lo que hagan los demás, como tampoco depende de mí la felicidad de otra persona. Yo solo puedo velar por mi felicidad, solo yo puedo vivir conscientemente, son responsabilidades individuales y cada cual elige el sendero que recorre.
Observar mis pensamientos y no enredarme en ellos… La gran tarea, la gran oportunidad. Nuestra mente es poderosa, hace una recreación del mundo que está fuera de nosotros y nos arroja una imagen de quienes somos interiormente… a veces acertada, a veces no.
Los pensamientos son capaces de hacer una madeja a mi alrededor y eso me hace perder el equilibrio porque me distancio de mi esencia, me bloquea y me lleva a un lugar donde se producen huracanes en mi mente. Y el problema es que cuando estoy tan enredada, me olvido de que yo creo mi realidad, me olvido de que yo no soy mis pensamientos.
Durante el año pasado tuve semanas donde estaba perdida en esas madejas de pensamientos, hasta que meditaba y me hacía consciente “desde fuera” de lo que ocurría en mi mente y esa toma de conciencia era suficiente… me decía algo como “Elena, recuerda que tú no eres esa madeja” y eso bastaba para salir de ese huracán y volver a mí, a la versión de mí que estoy construyendo.
Experimentar mis emociones y regularlas… Las emociones son más sigilosas que los pensamientos, pues éstos gritan, mientras que muchas de nuestras emociones (y muchas de las que yo suelo sentir), llegan poco a poco, en silencio… como la nieve.
Eso hace que muchas veces no sea consciente de lo que ocurre en mí, de lo que siento. Hasta que llega un dolor físico, una molestia o mi cansancio y me gritan lo que ocurre en mis emociones. Para escuchar al cuerpo también hay que estar despierto, porque es muy fácil interpretarlo como algo puramente físico y tomarnos una pastilla que silencie el dolor, la molestia.
Mi cuerpo me ayuda a entrar en mi mundo emocional a través de esas molestias, de esas sensaciones que capta mi conciencia. Y cuando hago esto, la presión en mi pecho se deshace con las lágrimas, el nudo en mi estómago desaparece cuando respiro conscientemente y vuelvo al presente, el vacío en mi corazón se llena cuando identifico que es mi tristeza la que yace aquí.
Nutrir mi mente conscientemente… Todo el mundo habla de seguir una dieta saludable para el cuerpo, pero yo también creo que debemos seguir una dieta para nuestra mente.
Todo lo que entra en nuestra conciencia desde fuera, modifica nuestra energía y por tanto nuestras emociones y pensamientos. Por eso debo ser cuidadosa con lo que consumo en forma de lectura, de programas de TV, de actualidad y la música que escucho.
Todo aquello que consumes desde fuera y te hace sentir lleno de ira, frustración y miedo (por el presente, por el futuro, por ti mismo y tus seres queridos), son contenidos creados para reducir tu vibración energética y solo podemos florecer cuando elevamos nuestra energía.
Haz un experimento… observa si lo que consumes desde fuera, una realidad que otros han pre-fabricado para ti, te hace sentir amor, gratitud, seguridad y calidez, o por el contrario, te hacen sumirte en la ira, la agresividad o el miedo. Y después hazte esta pregunta… ¿desde dónde quiero vivir?
Si deseas vivir desde el miedo, la agresividad y la ira, está bien… pero asegúrate de que sea una decisión consciente elegida por ti y nadie más.
Dirigir la atención hacia mis metas… Soy un imán para lo que deseo en mi vida. Y esto no es una frase más… siento que es así, pero también sé que para atraer esas cosas que deseo, debo vivir desde los pasos que te he comentado más arriba.
Si permito que otros decidan por mí, si no soy consciente de lo que pienso y siento, seré incapaz de manifestar en mi vida física lo que ya vive en mí. Por eso vivir conscientemente requiere tanto esfuerzo… pero te aseguro que los resultados son espectaculares.
Cada persona recorre su camino… Es así, pueden gustarnos más o menos, pero cada persona decide y esa libertad es algo maravilloso que debemos conocer profundamente. A finales de 2020 recuerdo que me hice consciente de que ya estoy siendo la persona que deseaba ser hace diez años… y es extraño… en aquella época era solo una sensación, pero ahora vivo desde el presente y desde mí y siento que he alcanzado esa meta que solo era un sueño hace unos años.
Ahora ya estoy sintiendo la persona en que me quiero convertir dentro de un año o dos… y es un reto, pero es apasionante.
Busca tu realidad y créala… tienes el poder, solo debes confiar