El tiempo siempre me ha resultado interesante.

¿Dónde está el pasado? ¿Podemos volver a él?

¿Y el futuro? ¿Ya existe y podemos saber lo que nos deparará el destino? ¿O creamos el futuro hoy, ahora?

¿Podemos vivir realmente en el presente?

Durante una etapa de mi vida, estuve muy interesada en el pasado y en el futuro. Eso es lo que me hizo introducirme en el mundo de la hipnosis regresiva a vidas pasadas y también me llevó a intentar vislumbrar el futuro a través del Tarot. Siempre ha existido una parte mística en mí. 

No fue hasta que acabé la carrera y conocí el mindfulness o atención plena, que me di cuenta de la importancia del presente. Aunque unos años antes ya había decidido que no quería saber lo que el futuro traería para mí, prefería descubrirlo en el momento en que las cosas ocurrieran. 

El pasado… creo que es la suma de decisiones pasadas.

El futuro… depende de lo que hago, pienso, siento y decido hoy.

El presente… el único tiempo que realmente existe, este segundo en que respiro. 

Las premoniciones

Todos nosotros poseemos un súper-poder… la intuición. Esa vocecilla que nos guía y susurra… cuando se lo permitimos. 

Muchas personas temen a su intuición porque les adelanta cosas que van a ocurrir. Por lo general, la humanidad en el siglo XXI hemos perdido el contacto con esta guía profundamente sabia que vive en nosotros, por eso tenemos que entrenar nuestra intuición, porque está perdiendo parte de su voz al no ser escuchada. 

Las premoniciones son sensaciones sobre algo que va a suceder. Quien experimenta la premonición, tiene la certeza de que va a suceder lo que ha sentido o visto. Por eso en ocasiones se le llama también pre-cognición, saber algo antes de que suceda. 

En la antigüedad, las premoniciones se asociaban a estados de trance, niveles de conciencia poco usuales que nos permitían ver más allá del presente, descorriendo temporalmente la cortina que nos separa del futuro y del pasado. 

Estas premoniciones pueden llegar de diferentes maneras: a través de los sueños, al estar junto a otra persona o incluso al tocar ciertos objetos. La capacidad de acceder a la historia de un objeto con solo tocarlo, se llama “psicometría”, siendo ésta un tipo de percepción extrasensorial. 

Personajes ilustres de la historia han experimentado premoniciones, como el presidente americano Abraham Lincoln, que soñó que le iban a asesinar una semana antes de morir. 

Se ha estudiado este poder de clarividencia y la física cuántica nos permite comprender mejor estos sucesos, porque en cierta medida, el futuro ya existe en un nivel básico en el universo de probabilidades en que vivimos. Aquellas personas que tienen premoniciones, tan solo han accedido a este océano de información que nos rodea, donde todo existe… el pasado, el futuro y las miles de posibilidades que pueden materializarse. 

Las personas que tienen premoniciones no son diferentes al resto… tan solo están más en contacto con su intuición y sintonizan mejor con una información que está disponible para todos. 

El Tarot

El origen de estas cartas adivinatorias, es desconocido. Pero se llevan usando desde hace al menos seis siglos con el objetivo de ver más allá de esta realidad tridimensional en que vivimos cada día. 

Carl Jung, el psicoanalista al que le atraía el ocultismo y temas como la energía vital o prana (estudió los chakras), también se interesó por el Tarot. Para él, el Tarot era un viaje hacia nuestra parte más profunda porque los símbolos y figuras de estas cartas, representan los arquetipos.

Los arquetipos son imágenes y personajes que representan partes de nosotros mismos, de nuestra personalidad. Explorar estos arquetipos, es una buena manera de conocernos más profundamente y de comprender los papeles que interpretamos en la vida. 

Se cree que estas imágenes arquetípicas del tarot, reflejan el contenido de nuestro inconsciente colectivo, la información que hemos ido almacenando toda la humanidad a lo largo de los milenios de existencia que ya llevamos en este planeta. En el inconsciente colectivo encontramos un compendio de lo que aprendieron nuestros antepasados y cuya información aún está disponible para nosotros. 

Siempre he sentido que había mucho más de lo que mis sentidos captan. En mi adolescencia me sentí profundamente conectada a una realidad más profunda, llena de sabiduría. Mi intuición estaba muy viva y por eso me introduje en el Tarot.

Recuerdo que cuando tomaba el pequeño baúl donde tenía guardadas mis cartas del Tarot (y que aún conservo), era un momento para mí, de profunda conexión. Apagaba las luces, encendía velas y esa luz ancestral me guiaba, me introducía más profundamente en mí. 

Fueron muchas las ocasiones en que mi hermano entraba en mi habitación y vislumbraba su futuro. Y fueron también unas cuantas veces las que acertaba sobre cosas que más tarde ocurrían. Eso me reforzaba la idea de que el mundo es mucho más que lo que mis sentidos me susurraban.

Debo reconocer que en mi adolescencia me sentía un poco perdida, no comprendía bien el mundo que me rodeaba, porque dentro de mí las cosas eran más profundas y significativas. Señales de mi alta sensibilidad. 

Aunque sabía lo que quería estudiar y a qué me quería dedicar, debo reconocer que el mundo me parecía demasiado grande y esos momentos de calma y serenidad que creaba junto a las cartas del Tarot, me nutrían, me equilibraban. Después llegó la vida y me alejó poco a poco de esa práctica ancestral. 

Esta parte mística sigue viva en mí y es la que ha permitido mi desarrollo espiritual, introduciendo esta parte también en mi trabajo, porque la espiritualidad me ayuda a ver la vida desde una perspectiva más amplia. 

Es esta parte mágica que vive en mí, la que me ha dado el valor suficiente para ofrecer el servicio de interpretación de sueños en mi web. Y cuanto más me introduzco en el mundo onírico, mejor comprendo al inconsciente y su intención de ayudarnos. Si quieres que te interprete alguno de tus sueños, tan solo tienes que hacer click aquí

En mis incursiones por el futuro comencé a valorar más el presente. Porque todo lo que siento, pienso, hago y decido, está creando mi futuro. Yo selecciono, a través de mis decisiones y emociones, aquellas cosas que se materializarán, sucesos que existen potencialmente pero que yo les doy vida. 

Por eso es tan importante hacernos conscientes, porque creamos el futuro cada día en el presente