La abundancia está en todas partes… no solo en el ámbito material y el dinero.
La abundancia es un marco desde el que vivir más que una característica de la vida.
Porque podemos vivir rodeados de abundancia material, pero recorrer el camino de la vida con una mentalidad de escasez, lo que sin duda nos llevará a sentir una eterna insatisfacción que nada podrá eliminarla.
Por eso debemos aprender a vivir desde la abundancia, aunque no siempre la podamos ver a nuestro alrededor.
Viviendo desde la abundancia
La abundancia no siempre es visible, a veces se esconde en las pequeñas cosas de la vida para que nos esforcemos en encontrarla.
Yo he encontrado la abundancia en diferentes partes…
Las pequeñas cosas de la vida: Lo que pasa desapercibido, aquello a lo que has de atender a propósito, lo que no se ve a simple vista… ahí se esconde la abundancia. De esto me di cuenta al acompañar a los moribundos, donde todo se relativiza y somos capaces de ver las cosas importantes de la vida y lo que es superficial.
Las cosas pequeñas de la vida son aquellas que damos por supuestas porque creemos que durarán para siempre… como el amor de nuestro ser querido, como los besos maternos, como el apoyo incondicional de un padre, como caminar, respirar o estar en paz con uno mismo.
Para mí, ahí se esconde la abundancia. Porque es mágico poder cerrar mis ojos y conectar más profundamente conmigo, porque es un lujo poder disfrutar de la compañía de mis seres queridos. Yo siempre lo he sabido… solo que no era consciente de que todo eso es abundancia.
Pequeños gestos de afecto: El amor es lo único que importa… cuánto nos queremos a nosotros mismos, cuánto amamos a otros y cuánto nos aman. Tal vez sientas que nadie te quiere… si es así, recuerda que si tú te aprecias y quieres, ya hay alguien que te ama.
Los pequeños gestos de afecto realmente pueden ser pequeños. Como un beso en la mejilla, preparar la comida preferida de tu ser querido, dejar de hacer cosas para escuchar a alguien importante para ti o incluso hacer cosas que no te apetecen, pero hacerlas porque a otra persona le importa. Eso es amor… del más grande, aunque venga disfrazado en forma de pequeños gestos de afecto.
Abundancia = apertura: Para mí, la abundancia es una sensación de apertura que siento en mi cuerpo y mente. La escasez, sin embargo, me hace sentir atrapada, me hace sentir pequeña, hace que mi mente esté cerrada.
Esta apertura es mantenernos en contacto con la vida y observar los cambios que llegan, aunque no nos gusten. Es también aceptar que las cosas no siempre saldrán como queremos y es adaptarnos a ello, ajustándonos a lo que la vida nos tiene deparado. La abundancia, nos habla de cambio y de que debemos dar la bienvenida al cambio porque de ahí nace esa sensación de apertura, de libertad.
Mente abierta y flexible: Una mente abierta es una mente flexible, que se adapta rápidamente al cambio y a lo inesperado de la vida. Y cuando nos convertimos en flexibles, nos hacemos resilientes. Y la resiliencia nos hace más fuertes, más adaptables, más abundantes.
Abre tu mente como si fuera un paracaídas y siente que todo encaja, que la abundancia vive en ti
La llave de la abundancia: la gratitud
Creo que he descubierto la llave que abre el cofre del tesoro… el cofre de la abundancia: la gratitud.
El poder de la gratitud no es solo que nos haga sentir más abundantes, es que literalmente la atrae… como un imán se siente atraído por el metal.
El problema está en que la gratitud es huidiza, escurridiza y se escapa antes de que podamos atraparla. Por eso debemos cultivarla dentro de nosotros, por eso debemos vivir desde la gratitud.
Podemos incluso vivir desde la gratitud cuando las cosas nos frustran, la clave está en buscar las lecciones dormidas en cada situación. Porque la oportunidad de aprender, es abundancia.
Piensa en las pequeñas cosas que tienes y que vives cada día y agradece su presencia
Nuestro cuerpo es abundante, adaptativo, flexible… nuestro cuerpo es abundante.
Y si nuestro cuerpo vive en la abundancia, nosotros también podemos.
La abundancia vive en ti… siéntela