Vivimos en un universo energético.

En nuestro planeta existen muchos campos electromagnéticos, algunos creados por nuestro cuerpo, como el del cerebro y el corazón. Otros creados por los humanos a través de las antenas de telecomunicación y otros tantos provenientes de la Tierra y el cosmos. 

Nuestro cuerpo está expuesto a muchos campos electromagnéticos y eso nos pasa factura, hasta tal punto que muchas personas experimentan problemas de salud. 

Hoy te hablaré de la sensibilidad electromagnética, pero antes quiero que comprendas un campo energético esencial que está presente en nuestro planeta. 

La resonancia Schumann

Esta resonancia es el latido del corazón de nuestro planeta. Y es un latido que nos ha acompañado en nuestra evolución, cincelando el desarrollo de nuestro cerebro y acompañándonos a través de las ondas cerebrales. 

La resonancia Schumann se encuentra en la atmósfera de la Tierra y vibra 7,83 veces por segundo. Esta compañera tan importante, también cumple un papel esencial en nuestra salud física, ya que nuestro corazón se sincroniza con esta resonancia, creando coherencia entre nuestro cuerpo y el mundo que nos rodea.

La evolución propia de nuestra sociedad, ha hecho que actualmente convivan muchas frecuencias al mismo tiempo, creando un enjambre electromagnético que impide que la resonancia Schumann llegue a nosotros como lo hacía unos siglos atrás. En las grandes ciudades todo esto es más complejo y nos expone a una mayor cantidad de ondas electromagnéticas artificiales, creadas por nuestra civilización.  

Por eso es importante acudir a la naturaleza, a espacios abiertos donde las ondas sean menores y podamos conectar con nuestra esencia, volviendo a la energía que vive en nosotros y que nos hace sentir saludables y equilibrados. 

La sensibilidad electromagnética

Nuestro día a día está rodeado de la tecnología y de las ondas que nos llegan a través del 3G, 4G, 5G y del Wifi. 

Algunas personas experimentan una alta sensibilidad a estas ondas invisibles que funcionan en diferentes frecuencias. La medicina ha llamado a este conjunto de síntomas “intolerancia ambiental idiopática” y su aparición se atribuye a la exposición a determinados campos electromagnéticos. 

Los síntomas de esta intolerancia del siglo XXI, consiste en: alergia, dolor de cabeza y espalda, fatiga, tensión muscular, sequedad de piel, dolor de las articulaciones, sensibilidad a la luz, mareos y náuseas, problemas gastrointestinales, trastornos del sueño, problemas de concentración y memoria, ansiedad, dificultad para respirar, visión doble o borrosa, palpitaciones en el corazón, etc. 

El desencadenante de estos problemas puede ser la exposición continua a dispositivos electrónicos, televisores o incluso luces fluorescentes. En general, estos síntomas pueden empeorar con el tiempo si tenemos una exposición continua a estos campos electromagnéticos.

A pesar de los estudios realizados, la comunidad científica aún no ha podido confirmar la existencia de dicho síndrome, pero parece sensato pensar que el aumento en la exposición a tantas y tan variadas frecuencias, pueda tener un impacto en nuestro cuerpo. 

En el año 2000, Suecia reconoció la sensibilidad electromagnética como una discapacidad. Un síndrome que es más frecuente en las mujeres.

Este novedoso síndrome que es creado por el estilo de vida moderno, requiere una aproximación diferente a la habitual. En este sentido, existe una piedra negra que es capaz de absorber la radiación electromagnética a la que estamos expuestos en nuestro día a día, además de ayudarnos a equilibrar nuestra salud.

La Shungita es una piedra originaria de Rusia, es también llamada “piedra inteligente” por su capacidad para neutralizar los efectos nocivos de la radiación electromagnética. Esta piedra también nos ayuda a conectar más profundamente con la Tierra. 

Si te interesa este tema, tal vez puedas buscar una piedra Shungita para tenerla en tu casa o incluso comprar un colgante y llevarlo siempre contigo, convirtiéndose en tu protección frente a esta era moderna donde nos olvidamos de la sensibilidad y vulnerabilidad del cuerpo humano. 

Además de esta piedra, hay algunos consejos que puedes seguir para reducir tu exposición a estas ondas:

• Apagar los dispositivos móviles, tablets y ordenadores por la noche.

• Dormir lejos del módem o incluso apagarlo por la noche. 

• Mantener una distancia mínima de 30-40cm entre el dispositivo móvil y el cuerpo. Es útil usar el manos libres o unos auriculares si vamos a hablar durante períodos largos de tiempo. 

La vida en el siglo XXI nos anima a estar siempre conectados, pero recuerda que también debes conectar contigo mismo. Tómate períodos de descanso del móvil y tablet y si sientes que el móvil te atrapa, sal a dar un paseo, siente el sol en tu piel y así re-conectarás más fácilmente con la naturaleza y contigo mismo. 

Para comprender mejor el síndrome de “intolerancia ambiental idiopática”, he consultado la siguiente fuente bibliográfica:  Piras, C., et al. (2020). Metabolomics and psychological features in fibromyalgia and electromagnetic sensitivity. Nature; 10:20418. doi: 10.1038/s41598-020-76876-8. 

Tú decides el papel que tiene la tecnología en tu vida… asegúrate de que sea una decisión consciente