Los seres humanos tenemos la capacidad de ser quienes somos… o de fingir ser quienes no somos. 

Hay quien utiliza esta flexibilidad como una estrategia para alcanzar sus propias metas. 

Hay quienes fingen ser quienes no son en realidad, para llenar vacíos emocionales, para sentirse amados, valorados y merecedores de la atención ajena. 

Por mi experiencia, fingir ser alguien que no somos, trae dificultades a nuestras vidas, especialmente porque nos sentiremos incómodos en nuestra propia piel… no podemos interpretar un papel las veinticuatro horas del día. 

Creo que existen varias razones para ser quienes no somos…

Llenar nuestros vacíos emocionales

Una de las razones esenciales para fingir u obligarnos a ser alguien diferente a nuestra esencia, es para llenar esos vacíos emocionales que tal vez nos han acompañado toda la vida. 

Todos los seres humanos necesitamos vincularnos con otros seres. Para algunas personas, este vínculo es más costoso de realizar, ya sea por desconfianza, por protegernos del dolor emocional o por experiencias pasadas que nos han hecho sufrir, es bastante fácil crear un personaje para relacionarnos con los demás. 

El problema de quererllenar un vacío emocional con algo que venga de fuera de nosotros, es que nunca estaremos del todo satisfechos. Los vacíos emocionales deben ser comprendidos, observados y llenados desde dentro… desde nosotros mismos. 

Cuando no recibimos aquello que necesitamos, podemos empezar a construir la creencia de que hay algo mal en nosotros, que nos falta algo que los demás tienen. Comenzamos a sentirnos extraños, lejos de los demás… y es así como ese vacío se hace cada vez más grande, hasta que ocupa un gran espacio en nuestro cuerpo y en nuestra vida.

El vacío emocional no identificado, es como un precipicio al que caemos sin saber qué ha ocurrido. En esa caída, nos sentimos alejados, marginados, “raros” o diferentes a los demás, incapaces de lograr lo que otros disfrutan. Y de repente, vivimos en un eterno vacío y allá donde vayamos y hagamos lo que hagamos, nuestra vida se desarrolla en torno al vacío, en lugar de todo aquello que ya poseemos en nuestro interior. 

El vacío emocional consciente e identificado, deja de tener ese poder magnético sobre nosotros, ya no nos arrastra y nos atrapa para siempre. Puede que caigamos en ese precipicio, pero poder volver a tierra firme. Solo si somos nosotros mismos, podremos vivir una vida que nos satisfaga. 

El vacío emocional nos habla de ausencia, de algo que nos ha faltado… ya sea amor, comprensión, sinceridad, empatía, amistad, confianza. Comienza a llenar este vacío con tu propia presencia, compasión y amor. 

Complacer para ser apreciados

Otra de las razones por las que fingimos ser alguien que no somos, es para ser apreciados. Y con tal de que otro ser humano nos dé su atención, cariño y amor, comenzamos a ser complacientes. 

La complacencia es ceder ante lo que quieren otros, quitarle importancia a lo que yo necesito o quiero, ceder en todo. A veces puede confundirse con ser flexibles, pero la gran diferencia es que cuando eres complaciente, no eres tú quien elige ser flexible, es tu herida emocional que cargas, la que decide por ti. 

La herida de rechazo nos conduce a una extrema complacencia, a borrarnos de nuestra propia vida, a dejar de tener gustos y necesidades para adaptarnos a lo que necesita el otro. El gran coste de la complacencia, es que llegamos a un punto en que no nos conocemos a nosotros mismos y tenemos grandes dificultades para conectar con nosotros, nuestras necesidades y deseos. 

Si sueles ser complaciente, cuando sientas que cedes tus necesidades para priorizar las de otros, pregúntate… “¿Es esto realmente lo que yo quiero o necesito?”

Fingir para evitar la soledad

El temor a quedarnos solos puede ser tan potente, nos puede generar tanto miedo, que es habitual fingir alguien que no somos para evitar quedarnos solos. 

A veces, es el miedo a que nadie nos quiera o aprecie, el que nos conduce a ser otra persona. La persona adecuada, te apreciará, tal vez anhelas que te aprecien personas que no encajan contigo, con tus gustos, necesidades e intereses. 

Creo que no se trata de estar con cualquier persona… se trata de darnos la oportunidad de encontrar a alguien que de verdad aprecie las pequeñas cosas que nos hacen únicos. Porque solo cuando nos aman y aprecian desde lo que somos en esencia, nos convertimos en nuestra mejor versión.  

La fuerza de ser auténticos

Solo puedes interpretar un papel: el tuyo, el de esta persona única con una biografía única cuyas experiencias te han ido moldeando. 

Ser auténtico es permitirte el lujo de expresarte desde tu centro, aceptando que hay cosas de ti que te gustan y otras que no, pero que incluso éstas ultimas pueden ser transformadas. 

Solo conozco una manera de poder ser auténticos… conocernos en profundidad. El autoconocimiento por el que yo abogo, es un conocimiento integral y holístico en todas las esferas de nuestra humanidad… en cuerpo, mente, emociones, pensamientos, espiritualidad. 

Se trata de comprender nuestras tendencias de conducta a través de conocer nuestra personalidad, mirar las luces y sombras que nos componen, identificar nuestras heridas emocionales y sanarlas, entender cómo funciona el cuerpo y el cerebro y abrirnos a sensaciones que puede que no tengan nombre, pero que nos acompañan como un eco. 

Conócete para evitar caer en la trampa de ser quien no eres, fingiendo e interpretando un papel que no te corresponde. Cuanto más te conozcas, más apreciarás tu propia compañía y esa confianza llena de humildad, será irresistible para otros. 

En el encuentro contigo mismo, se encuentra la clave para vivir una vida con sentido. Tu felicidad se encuentra escondida en tu interior. 

* Contenido creado por un ser humano en su totalidad. No ha sido consultada ninguna Inteligencia Artificial (No IA). 

“La peor soledad es no sentirse cómodo contigo mismo”

– Mark Twain –