La vida moderna está llena de comodidades, pero cuando escucho música celta o estoy en la naturaleza, siento que en la edad moderna nos hemos perdido.
Y hemos perdido la profunda conexión que teníamos con todo lo que nos rodeaba.
Cuando tengo esta sensación, me siento extraña… como si la parte de mi alma que es más antigua, estuviera luchando por salir y enseñarme lo mucho que me pierdo.
Mientras escribo estas palabras, escucho un disco de Loreena McKennitt y me aproximo al mundo celta, a la edad media y mucho antes. Con esta música viajo en el tiempo.
Desconectar para re-conectar
Mi vida, como la tuya, está llena de responsabilidades. A veces son tantas, que me agobio.
Pero esa angustia es señal de que la conexión interna conmigo misma, se ha perdido.
Siento que necesito desconectar de mis responsabilidades temporalmente para no desgastarme y poder re-conectarme.
Este proceso lo hago cada año. Paso 11 meses y medio trabajando, en el torbellino de la actividad cotidiana, con etapas donde siento que me desconecto y etapas donde estoy muy dentro de mí, aprendiendo más de mí misma y del mundo que me rodea.
Y durante 15 días, me alejo de esas responsabilidades… y es en ese momento en que me doy cuenta de lo que es la vida.
En esos días de descanso, desconecto para re-conectarme.
Me re-conecto a la naturaleza, a un modo de vida más calmado y tranquilo, donde mi máxima responsabilidad es decidir qué película ver por la tarde.
Y esos momentos son liberadores, tanto que a veces me aferro a ellos con fuerza porque no quiero que acaben.
Y no deseo que acaben, porque ya sé lo que viene después de ese descanso… vuelta a la rutina y exceso de trabajo.
Porque el regreso a la vida cotidiana me lleva una semana o algo más, porque debo adaptarme con calma a mis horarios y a un trabajo que adoro, pero que también se lleva mi energía cuando me descuido.
Mi proceso es el de desconectar para re-conectar conmigo, ¿y el tuyo?
La vida es…
Cuando estoy cerca de la madre Tierra, me doy cuenta de que la vida no es lo que pienso en los 11 meses y medio de trabajo.
No… la vida es darme tiempo a mí misma para descansar y dormir si lo necesito.
La vida es no sentirme mal cuando las cosas no salen como yo quiero.
La vida es disfrutar de los fines de semana sin trabajar.
La vida es caminar en silencio por un bosque nublado.
La vida es bañarme en el mar y sentirme conectada al cielo y la tierra.
La vida es reírme a carcajadas, sin limitarme, siendo yo misma.
La vida es leer un libro que me atrape y lamentar que se acabe.
La vida es estar rodeada de mis seres queridos y llevar en mi corazón a los que ya no están.
La vida es mirar el cielo estrellado y sentirme pequeña en comparación a las estrellas que brillan.
La vida es ayudar a otros y facilitar su auto-conocimiento.
La vida es escribir y abrir mi corazón.
La vida es decidir conocerme más y afrontar mis sombras para ser mi mejor versión.
Estas cosas las descubro en vacaciones y luego se me olvidan…
Creo que se me olvidan a modo de defensa, porque si quisiera vivir siempre así, no podría trabajar tanto como lo hago y no podría ayudar a tantas personas a las que ayudo.
Como ves, yo también tengo dualidades y deseos contradictorios… porque soy humana.
Y para ti… ¿Cómo es la vida más allá de tus responsabilidades?
Me conecto a mi sabiduría a través de la naturaleza y la música
