La mente humana tiene muchas facetas y cada persona tiene calibrada su mente de una manera única. Esta calibración, depende de muchas cosas… 

• El funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.
• Nuestros rasgos de personalidad.
• La programación del subconsciente desde la infancia. 
• Las creencias adoptadas a través de nuestro entorno. 
• La programación de la mente consciente (pensamientos que alimentamos).
• Las heridas emocionales abiertas, sanadas o sin sanar. 

Hace unos meses, hablé de cómo es la mente negativa. Puedes volver a leer este post haciendo click aquí

Hoy quiero hablarte de la mente ansiosa. Este tipo de mente la exploro mucho en mis sesiones de terapia psicológica. Gracias a ello he podido observar cuatro pilares básicos de este tipo de mente. Vamos recorrerlos uno a uno.

Pensamientos negativos

Los pensamientos negativos son naturales… de hecho son los que han asegurado nuestra supervivencia. Nuestra mente tiene 60.000 pensamientos diarios y el 80% de ellos, son negativos. Por lo que lo más natural es que aparezcan este tipo de pensamientos. De hecho, vivir desde el optimismo, es una decisión consciente diaria. 

Cuando nuestra mente vive a través de la ansiedad, los pensamientos negativos se convierten casi en un talismán, algo que debemos tener cerca de nosotros para “estar preparados para lo que pueda venir“.

Un pensamiento negativo puntual, no tiene trascendencia… pero cuando todo lo que ocurre a nuestro alrededor, lo filtramos a través de la negatividad, la vida se convierte en un lugar donde solo podemos sobrevivir, donde no existe la felicidad ni la paz. 

Y así es como este primer filtro mental de la ansiedad, comienza a consumirnos, nos empuja a vivir en un mundo peligroso donde desconfiamos de todo y de todos, incluso de nosotros mismos y de nuestra capacidad para afrontar situaciones inesperadas. 

Antídoto de los pensamientos negativos = Pensamiento neutral

El pensamiento positivo puede no tener eficacia para desbloquearnos del pensamiento negativo, por eso prefiero los pensamientos neutrales. Porque estos pensamientos, no toman partido, no juzgan ni critican. Son pensamientos que describen la realidad, no la manipulan. 

Porque no es lo mismo decir… “Hoy es un día horrible porque está lloviendo” que decir “Hoy está lloviendo”. Las emociones que te provoca un pensamiento y otro, son totalmente diferentes… por eso comienza a introducir los pensamientos descriptivos y neutrales, no juzgues a la realidad… vívela. 

Pensamientos catastróficos

Una de las características más angustiosas de la mente ansiosa, es que además de pensamientos negativos, construye pensamientos catastróficos que anticipan una vida y un futuro apocalíptico donde solo podemos esperar cosas malas de la vida. 

Este tipo de pensamientos son anticipaciones extremadamente negativas e irreales porque nos hacen imaginar las peores consecuencias posibles de cualquier situación que vivimos. Son pensamientos que se adaptan a cualquier tema que reflexionemos y puede costarnos muchos esfuerzo salir de ellos y en ocasiones nos podemos quedar atrapados en ellos. 

Estos pensamientos pueden surgir en forma de palabras o imágenes. Cuando aparece en forma de imágenes, la reacción emocional es de gran angustia porque sentimos que no podemos controlar cuándo aparecen estos pensamientos o imágenes mentales. 

Así, cuando tenemos una mente ansiosa, podemos ir conduciendo e imaginar que tenemos un accidente, lo que nos deja bloqueados y con gran angustia. 

Estos pensamientos en realidad surgen para sentirnos preparados ante la peor de las situaciones posibles, tratando así de controlar escenarios extremos por si llegaran a hacerse realidad. Los pensamientos catastróficos son, al fin y al cabo, una simulación de la peor realidad posible. 

Antídoto de pensamientos catastróficos = Pensamiento abundante 

Recuerda que tu mente no diferencia lo que ocurre en la realidad de lo que imaginas, por eso es importante ser cuidadosos con los pensamientos que tenemos y hacernos conscientes de qué pensamientos deseamos que formen parte de nuestra vida. 

Para ir reduciendo los pensamientos catastróficos, trata de cambiar el resultado de esas situaciones negativas… visualízate afrontando cualquier situación que te mande tu mente y empieza a introducir pensamientos de abundancia y prosperidad… imagínate alcanzando tus metas. 

Anticipaciones

Hablar de ansiedad es hablar de anticipaciones y de futuro. El objetivo real de la ansiedad, es mantenernos alerta ante cualquier amenaza que pudiera poner en peligro nuestra vida. Por eso la ansiedad no puede desaparecer del todo en nuestra vida, aunque sí puede reducir su intensidad, llegando a regularla. 

Las anticipaciones son pensamientos en los que nuestra mente fantasea con el futuro, con todo lo que podría ocurrir. Comprendiendo que la mente ansiosa tiene el filtro de los pensamientos negativos y el de los pensamientos catastróficos, estas fantasías mentales van a ser angustiosas, negativas y anticipando los peores escenarios posibles. 

Las anticipaciones tratan también de ayudarnos a estar preparados para lo que pueda llegar. El problema es que cuando llevamos un tiempo experimentando ansiedad en niveles altos, comenzamos también a anticipar la llegada de la ansiedad, lo que tiene un “efecto llamada” y hace que la sintomatología propia de la ansiedad, comience a manifestarse. 

Este “efecto llamada” es un gran ejemplo del poder de la mente y de nuestra atención. Cuando tememos que la ansiedad llegue cuando caminamos por la calle solos, cuando vamos en el tren, cuando tenemos que hablar en público o cuando conducimos un coche, tensamos nuestro cuerpo y los síntomas físicos de la ansiedad comienzan a venir uno tras otro. 

La ansiedad anticipatoria suele ser la desencadenante de los ataques de pánico y de las crisis de ansiedad más intensas… y todo ello provocado por nosotros mismos, porque no somos conscientes del poder de nuestra mente. 

Antídoto de las anticipaciones = Vivir en el presente

La ansiedad y las anticipaciones, no hacen viajar al futuro, por lo que la mejor manera de reducir su influencia en nosotros, es aprender a vivir en el presente. 

Vivir en el presente es fácil… solo tienes que sentir tu cuerpo ahora, observar cómo tu cuerpo respira por sí solo, puedes observar lo que te rodea… sea una habitación o un parque, puedes conectarte con tus sentidos (la vista, el olfato, el tacto). 

Otra manera algo más profunda de vivir en el presente, es aceptar que no puedes saber lo que va a ocurrir en el futuro… nadie puede. Suelta la necesidad compulsiva de saber y sustitúyela por curiosidad. 

Exceso de control

El último pilar de la mente ansiosa, aunque no menos importante, es la necesidad de controlarlo todo. Esta necesidad tiene sentido porque cuanto más controle, mejor preparado estaré para ese futuro apocalíptico que he anticipado. 

La mente ansiosa anhela vivir en un mundo predecible, quiere saberlo todo. Por eso trata de controlar en exceso, porque vivir en un mundo seguro le llena de calma. 

Se produce un ciclo interesante respecto a este filtro del exceso de control… La ansiedad nos empuja a controlar porque eso reduce nuestra ansiedad, pero cuanto más controlamos más ansiedad sentimos porque siempre quedará una parte de nuestra vida que es aleatoria. Por eso el ciclo de ansiedad – control – ansiedad, es tan angustioso. 

Una manera de controlar incluso a la propia ansiedad, es acudir en exceso a la mente racional. Pero como están activos los filtros de los pensamientos negativos, catastróficos y las anticipaciones, la mente racional se convierte en el propio enemigo. 

En realidad solo hay una solución para reducir la ansiedad… sentirla… quedarnos junto a ella, averiguar qué la trae a nosotros y qué necesita. Se trata de perderle el miedo a la ansiedad y aproximarnos a ella para comprenderla mejor, sabiendo que no tiene por qué acompañarnos por siempre. 

Antídoto del exceso de control = No agarrar lo que no me pertenece + Dejar ser a la vida como es

La ansiedad me ha acompañado por muchos años y aún hoy de vez en cuando aparece junto a mí, especialmente cuando me enfrento a algún reto que me saca de mi zona de confort. Al comprender que la ansiedad solo trata de protegerme y al ser consciente de que su voz es una exageración de lo que ocurre en la realidad, soy capaz de convivir con ella y caminar junto a ella. 

Y a lo largo de mi vida he aprendido que hay dos cosas esenciales para que la ansiedad descanse…

• No agarrar lo que no me pertenece. La ansiedad trata de controlar lo que no es nuestro, aquello de lo que no nos podemos responsabilizar porque forma parte de la vida o porque le pertenece a otra persona. Más que soltar aquello que es un exceso de responsabilidad, estoy aprendiendo a no agarrar aquello que no me corresponde. Porque si no tomo lo que no es mío, seré más libre. 

• Aceptación – Dejar que la vida sea como es. La aceptación es un estado de total paz. Cuando dejamos que la vida sea como es y confiamos en nuestra capacidad para afrontar lo que venga hasta nosotros, nos liberamos de las cadenas de la ansiedad y del exceso de control, fomentado así nuestra libertad. 

“Si tienes un problema que no tiene solución, ¿para qué te preocupas? y si tiene solución, ¿para qué te preocupas?”

– Proverbio Chino –