La frustración es una emoción. Y como toda emoción, es capaz de cambiar lo que pensamos, cómo vemos el mundo y cómo actuamos.
La frustración es una emoción cuya raíz es el enfado. Siempre hablo de la frustración como de un micro-enfado cuando las cosas no salen como deseamos. Es una expresión más de la necesidad de control.
La frustración puede convertir a un adulto maduro, en un niño incapaz de regular sus emociones y que se expresa a través de un berrinche. Requiere de mucha consciencia poder observar lo que sentimos para traer luz a esa intensidad emocional que nos arrastra.
Creo que la respuesta fácil cuando algo no es como esperamos, es enfadarnos. Es la respuesta automática, es la manera más sencilla de soltar ese exceso de energía que sentimos. Pero para nuestra vida, no es la mejor manera de actuar.
Porque si sentimos frustración todos los días que no sabemos regular, acabaremos viviendo en un mundo injusto, negativo, pesimista y donde parece que todo está en nuestra contra. Y así comenzaremos a vivir en “estado de Supervivencia”, donde todo es una amenaza.
La frustración, por pequeña que parezca, tiene la capacidad de cambiar nuestras sensaciones sobre la vida. Por eso es tan importante poder regularla y adquirir una perspectiva de la vida más flexible.
Son muchos los elementos que conforman la frustración, ¿los recorremos juntos?
Componentes de la frustración
- Expectativas: Es aquello que esperamos o imaginamos que seremos nosotros, los demás o nuestra vida. Esto que en principio parece inofensivo, puede convertirse en un veneno. Las expectativas viven en el reino de la fantasía, por eso es necesario tener unas expectativas que sean coherentes con nuestra realidad y capacidades. Para crear expectativas realistas, debemos conocernos bien y eso supone invertir mucho tiempo en saber quiénes somos y lo que necesitamos. Solo cuando sabemos cuáles son nuestras fortalezas y nuestros límites, podremos dejar de esperar lo imposible y reduciremos nuestra frustración.
- Apego al resultado: El apego al resultado va unido a las expectativas, ya que se refiere a esperar un resultado concreto de nuestras acciones y esfuerzos. Si esperamos un resultado concreto y al final no lo logramos o es diferente a lo imaginado, es muy fácil que la frustración nos secuestre. Por eso es tan importante enfocarnos más en el camino que en la meta. Porque si disfrutamos mientras caminamos, alcanzar la meta, ya no será lo que nos motiva y nos mantiene en movimiento.
- Vivir en un mundo predecible: Cuando tenemos ciertas expectativas o esperamos un resultado concreto, estamos tratando de controlar lo que ocurre en nuestra vida y esto sucede porque asumimos que vivimos en un mundo que podemos predecir y controlar. La realidad es que no tenemos ninguna capacidad de control sobre cómo ocurren las cosas, tan solo podemos dar lo mejor de nosotros y mantener una actitud positiva para disfrutar de lo que hacemos. En el resultado final de las cosas, influyen muchas otras cosas que no dependen de ti.
- Impaciencia: La frustración nos habla de impaciencia, de querer las cosas ya. Y en la vida, pocas cosas suceden de manera rápida… los cambios internos y el autoconocimiento, llevan tiempo. Las cosas importantes de la vida, requieren tiempo y una buena actitud para manifestarse. Siento que en la vida, debemos esperar que todo esté en su punto perfecto y nuestra paciencia y actitud positivas, permiten que florezca la semilla que tiene en su interior el potencial dormido de lo que puede llegar a ser. En este mundo donde todo es rápido, dejar a un lado la impaciencia, es un acto de rebeldía.
Transformando la frustración
La frustración va a aparecer en la vida de todos… es algo que debemos asumir. No se trata tanto de no sentir frustración, como de lo que hago cuando esta emoción me visita.
Debemos entrenarnos para convivir con la frustración y transformarla. Algunas cosas que a mí me ayudan, son…
Conocerme: El primer paso del autoconocimiento, pasa por observarme en el sentido más amplio. Para mí es esencial observar…
- Mi nivel de energía para no agotarme.
- Regular mis emociones para no desgastarme.
- Ser consciente de mis pensamientos y no entrar en bucles.
- Plantear descansos diarios y semanales.
- Plantear tiempos máslargos para alcanzar mis objetivos.
Expectativas realistas: Mi mente es capaz de imaginar escenarios magníficos… y catastróficos. Mi mente tiende a los extremos y por eso, estoy practicando el quedarme en medio, tratando de encontrar el equilibrio en mí. Algunas cosas que me ayudan a tener expectativas realistas, son…
- Escribir lo que quiero lograr en mi vida (la meta).
- Describir lo que quiero alcanzar y lo que me aportará la meta (objetivos).
- Describir los pasos diarios para alcanzar mis objetivos (sub-metas).
- Proponerme resultados fáciles de alcanzar para seguir motivada (menos auto-exigencia).
La vida es cambiante: Mi mente algo rígida propia de una Persona Altamente Sensible (PAS), quiere vivir en un mundo predecible, quiere estar segura antes de tomar una decisión y tiende a encariñarse demasiado con la zona de confort. Me he dado cuenta de que vivir siempre en la zona de confort, se puede convertir en una trampa. Una de las cosas que más me han ayudado en mi proceso de auto-conocimiento, es el concepto budista de impermanencia… todo cambia, todo fluye cuando dejamos de controlar las cosas. Algunas cosas que me ayudan a vivir desde la impermanencia, son…
- Conectarme al ritmo del cambio (mi respiración, las nubes en el cielo).
- Estar presente en mí y con mi entorno (a través de los sentidos).
- Hacerme consciente de mi cuerpo (meditación de escáner corporal).
- No acción… dejar que las cosas sean como son, sin tratar de cambiarlas ni de luchar.
Viviendo lentamente: Siempre he sido una persona que ha disfrutado de la soledad y del ritmo lento… aunque la vida me inquieta y acelera. Me defino como una persona paciente, soy capaz de esperar con buena actitud, me gusta observar los cambios dentro y fuera de mí. La ciencia ha comprobado que la paciencia, tiene mucho que ver con un neurotransmisor importante, la serotonina. Para segregar serotonina y aumentar los niveles de paciencia, siempre me ha ayudado…
- La naturaleza: 15 minutos en un entorno natural, eleva la serotonina de nuestro organismo.
- Cuidar mi mente: Ser cuidadosa con cómo nutro mi mente (lo que escucho, veo y leo).
- Atención plena: Estar presente en mí, ser consciente de lo que hago.
- Gratitud: Dar gracias por aquello que vivo y que soy.
La frustración es una emoción normal y totalmente humana, pero ser capaz de tolerar la frustración y regularme, es lo que me hace más consciente y presente en mi vida. Solo así podré alcanzar la paz y serenidad.
* Contenido creado por un ser humano en su totalidad. No ha sido consultada ninguna Inteligencia Artificial (No IA).
“Si nos ocupamos de todo, una mente en paz no tendrá donde vivir”
– Shen-Hui –


