La incertidumbre

Una parte de la mente humana, anhela vivir en un mundo predecible porque eso significa que no habrá sorpresas. 

El problema llega cuando la vida fluye tal y como es… en esos momentos, la incertidumbre llega con fuerza y nos confronta con aquello que no podemos controlar, lo que no podemos prever, lo que nos saca de la falsa idea de que todo lo que ocurre en la vida, puede ser como nosotros queremos que sea. 

Una manera sencilla de comprender la incertidumbre, es a través de esta fórmula…

El mundo predecible = Es una invención de la mente humana, porque anhelamos vivir en un mundo donde saber lo que ocurrirá en todo momento. Es nuestra ansiedad quien desea vivir en un mundo controlable porque así tiene la falsa sensación de todo depende de uno mismo. 

La realidad = La vida es incertidumbre, no somos videntes, no podemos adivinar lo que ocurrirá porque la vida en sí misma nos trae el mensaje del cambio y la impermanencia. La vida no se puede controlar porque lo que ocurre no depende 100% de nosotros, sino que es la suma de miles de millones de decisiones individuales que crean nuestra realidad. 

La incertidumbre nos asusta porque nos hace sentir que vamos a ciegas, que estamos perdidos, que nos hemos desorientado. Y es así como algo que nos ayuda a ser flexibles, lo convertimos en algo que parece limitarnos. Porque la incertidumbre es una oportunidad para conocernos mejor. 

Debemos aceptar que una de las claves de la vida es el “no saber…”. Nos asusta ese “no saber” porque lo asociamos a algo malo… es una protección de nuestra mente para ser precavidos y de ahí que lo asociemos a sensaciones de vacío… cuando en realidad “el no saber”, es liberador. 

No olvides que en momentos de incertidumbre, todo es posible. Y aunque el sesgo negativo y pesimista de tu mente te lleve a anticipar lo malo… la incertidumbre también es una puerta que se abre hacia nuevas oportunidades y aunque tengas sensaciones desagradables, eso no es malo… simplemente es la vida indicándote que ahí no es, que así no es. 

Beneficios de la incertidumbre

Considero que hay muchos beneficios en la incertidumbre…

  • Salir de la zona de confort: Amamos la zona de confort, nos encanta lo predecible, lo que sabemos hacer. El problema es que cuando estamos demasiado tiempo en esta zona familiar y cómoda, nos empezamos a sentir agobiados, encerrados. Sentirnos enjaulados en la rutina, nos hace anhelar un cambio que la mente interpreta como peligroso. No se trata de salir de la zona de confort, sino de ampliarla, introduciendo nuevas cosas que somos capaces de incorporar a nuestra vida. 
  • Mayor libertad: Cuando es el miedo y la ansiedad quienes deciden, nuestra toma de decisiones desaparece porque todo lo que queda es protegernos para sobrevivir y cuando nuestro objetivo es la supervivencia, la libertad desaparece. Por eso, al aceptar que en la vida hay incertidumbre y transitar a través de ella, nos hacemos más libres, porque el miedo no nos secuestra y porque somos nosotros quienes decidimos aprender y crecer. 
  • Auto-conocimiento: Aceptar la existencia de la incertidumbre, nos ayuda a conocernos más profundamente. Nos permite comprender que nuestro cerebro y cuerpo, tienden a protegernos de todo mal que pueda ser un impedimento para sobrevivir, aunque por el camino nos angustie. Al traspasar nuestros límites, nos conocemos mejor y somos más conscientes de nuestros límites, de nuestras habilidades, fortalezas y vulnerabilidades. 
  • Hacernos elásticos y resistentes: Se trata de ser más elásticos porque eso nos hará más resilientes para afrontar los retos de la vida. Esa parte de nosotros que quiere sobrevivir, lo logrará siendo más resiliente y resistente y eso (paradójicamente) lo logramos siendo más flexible, aprendiendo a ser elásticos y adaptarnos a lo que ocurra a nuestro alrededor. Del control y la rigidez solo nace la resistencia y en la resistencia, las cosas se fracturan. Sé elástico, sé resiliente. 
  • Desapego: Uno de los grandes premios de aceptar y convivir con la incertidumbre, es que aprendemos a desapegarnos de las cosas, de las personas y del deseo de que las cosas ocurran de cierta manera. Cuando dejamos de aferrarnos,cuando reducimos nuestro apego al resultado, nos estamos haciendo flexibles. 
  • Abandonar toda lucha: De eso se trata, de abandonar la lucha, dejar de resistirnos. Solo así podremos empezar a sentirnos seguros y capaces, viviremos con menos angustia y más paz, aceptaremos la imperfección y la abrazaremos como parte de la vida. Esto solo lo logramos cuando nos conocemos bien. 

Conviviendo con la incertidumbre

Como hemos visto a lo largo de este artículo, no se trata de luchar contra la incertidumbre sino de aprender a convivir con ella. Algunas cosas que puedes hacer para convivir con ella, son…

  • Vivir en el presente: Es el secreto de la felicidad, vivir en el único momento temporal que realmente existe. Dejar de mirar a un futuro impredecible, nos permite conectar con el flujo de la vida en el presente… en lo que sucede ahora, sintiendo las emociones que llegan a mí, aceptando las cosas como son y no como yo querría que fueran. Vive en el hoy y ayuda a tu mente a sintonizar con las oportunidades que te rodean. Se trata de mirar la vida desde las oportunidades que nos ofrece. 
  • Desarrollar tu resiliencia: La resiliencia nos indica nuestra capacidad para afrontar las adversidades y cómo nos fortalecemos por el camino, haciéndonos más flexibles, aceptando la realidad tal y como es, comprendiendo que en la vida, todo es cambio y que se trata de aprender, crecer y compartir. 
  • Conectar con las oportunidades: La incertidumbre nos habla de las oportunidades que nos rodean.  Tú puedes decidir si lo que ocurre en tu vida es una amenaza y un drama, o una oportunidad para conocerte más y seguir aprendiendo. En la vida, todo son oportunidades… las buenas decisiones nos dan seguridad y paz, las malas decisiones, nos hacen más sabios si somos capaces de comprender en qué hemos errado. 
  • Conectar con el cuerpo y sus ritmos: Es una manera única de conectarnos al presente, porque la respiración solo ocurre aquí y ahora, nuestro corazón solo late en el presente. Conecta con tu respiración 5 minutos al día y te estarás uniendo al ahora. El presente es atemporal… nada sucede en él y todo ocurre. 

“La incertidumbre es el refugio de la esperanza”

– Henri Frederic Amiel –

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