El poder… una palabra que solemos asociar a la desigualdad, a la política, a alcanzar una meta a costa de dañar a otros.
El amor… simplificado al amor romántico, desdeñado por muchos y añorado por otros, creemos que el amor solo puede ser dado a otros y que el amor lo provocan otros en nosotros.
Estas creencias erróneas sobre el poder y el amor, son las que nos impiden comprender plenamente el poder del amor para transformar nuestra vida, para transformar a otros y para cambiar el mundo en que vivimos.
Creo que todos los seres humanos tenemos un poder infinito en nuestro interior, es una fuerza tan potente que en realidad se convierte en el motor de todo cuanto hacemos. Y ése es el poder del amor.
En mi propia experiencia, me he dado cuenta de que la abundancia llega a mí cuando vivo desde el amor, cuando soy consciente del enorme poder transformador que tiene mi amor sobre los demás.
Tal vez creas que me refiero a la abundancia económica, pero has de saber que no es así… en mi vida hay mucha abundancia y no toda viene por parte del dinero.
Me he dado cuenta de que vivir desde mi corazón, la sede del amor que habita en mí, permite que todo fluya, todo es más natural, acepto todo lo que llega a mí y puedo ayudar de manera más genuina, más coherente con quien soy ahora mismo.
Creo que el amor es la energía más poderosa del universo… es la que crea la vida, es la que nos sana
Cuando el amor enferma…
El amor también nos puede enfermar… pero solo tiene ese poder cuando nos perdemos, cuando confundimos el amor con apego, posesión y pasión.
Porque el amor verdadero e incondicional, es desapegado, no trata de mantener a su lado a alguien a costa del sufrimiento propio o ajeno.
El amor nunca posee, se basa en compartir, en dar, en aprender.
El amor no es lo mismo que la pasión… ésta puede ser un componente del amor pero por sí sola se convierte en algo frío, solo experimentado por el cuerpo, no por el alma.
El amor también debemos dirigirlo a nosotros mismos, porque nos merecemos nuestro amor, porque si no nos queremos a nosotros mismos, nadie podrá llenar ese vacío.
Y es que cuando dejamos de querernos, de tenernos en cuenta, de escucharnos, el amor hacia otros se convierte en apego, posesión y pasión… es como quitarle el alma al amor y pretender que siga siendo él mismo.
El poder del amor es infinito… creo que es mi amor por los demás el que es capaz de sanar y creo que es el amor que habita en ti el que te sana.
De modo que ámate sin reservas, valórate, quiérete, escúchate, préstate atención y no hagas nada… date tiempo, descansa.
El amor es la mayor fuerza del universo y nace en ti, en tu corazón, se expande más allá de tu piel hasta llegar a otros. Eres muy poderoso… no lo olvides
