La alta sensibilidad, es un rasgo de la personalidad presente en un 20-30% de la población mundial. Al ser un rasgo de la personalidad, es algo más o menos estable que nos va a acompañar el resto de nuestra vida.
La alta sensibilidad es una neurodivergencia, lo que indica que el cerebro y el sistema nervioso autónomo de las Personas Altamente Sensibles (PAS), funciona de una manera diferente al del resto de los seres humanos.
Lejos de ser un súper-poder, es un rasgo que nos aporta muchas cosas positivas, pero que también trae consigo algunas dificultades, especialmente en este siglo hiper-conectado e hiper-informado.
El cerebro PAS hace muchas cosas…
- Procesa entre 8 y 10 veces más información.
- Analiza en profundidad los estímulos, pensamientos y sucesos.
- Es más reactivo emocionalmente, es decir, responder de manera emocional a todo lo que ocurre.
- Le encanta hacer predicciones, conectando información sensorial, emocional e intelectual.
- Tiende a pensar en exceso y darle vueltas a todo (rumiación).
- Se abruma fácilmente porque procesa mucha información.
- Se regula y relaja en la soledad, en la naturaleza y a través del silencio.
Como PAS, sueles sentir que todo o casi todo te abruma… vivimos la vida en alta definición y aunque eso es algo magnífico, también tiene un gran coste personal en forma de agotamiento y de sentir que la vida “es demasiado”.
Las dificultades…
- Exceso de información: En mis vacaciones de verano, fui al “Museo del Jurásico de Asturias” (MUJA). Me encanta saber más de la Tierra y de los seres que la han habitado a lo largo de los siglos, incluso los dinosaurios. Este museo ya lo he visitado antes, pero fui más consciente de cómo una simple visita a un museo, puede ser un bombardeo para mis sentidos. Mi cerebro PAS proceso todo, hasta el más mínimo detalle y eso hace que termine la mañana agotada, necesitando reparar la energía desgastada, siendo menos comunicativa. Entornos con mucha información, son bombas para mí.
- Exceso de gente: La presencia de mucha gente a mi alrededor, siempre me agota. No es solo la presencia física de los demás, sino los sonidos de mucha gente que habla, algunas personas incluso gritan. Si a eso le añadimos música de fondo, siento que mi mente es incapaz de enfocarse en una sola cosa y va dando saltos por todo lo que ocurre a mi alrededor. A ello hay que sumarle toda la información emocional que procesa mi cerebro aunque yo no sea consciente.
- Sobre-estimulación: Lo anterior termina por sobre-estimularme. Si mis sentidos están saturados de información, todo ello será minuciosamente analizado por mi cerebro. Además de la informacion proveniente de los 5 sentidos exteriores (vista, audición, tacto, olfato y gusto), debo sumarle la información proveniente de mis órganos y vísceras (interocepción) y la relacionada con mi postura y mi lugar en el entorno (propiocepción).
- Demasiado calor: Las PAS también somos muy sensibles a los cambios de temperatura, por eso nos suele costar adaptarnos a etapas del año que son más intensas, como la primavera y el verano. En mi caso, el calor tiene un efecto especialmente agotador. Siento que mi mente no puede pensar con la claridad habitual y que mi cuerpo está cansado y me grita en forma de dolores y molestias físicas que solo tengo en primavera y verano. Como puedes adivinar, mis estaciones favoritas son el otoño e invierno… siento que la luz es más suave y se adapta mejor a lo que necesita mi cuerpo.
- Realidad Vs Expectativas (Rigidez): Las PAS solemos tener una “mente rígida”, nos encanta sentir que tenemos el control de las cosas. Por eso no solemos llevar nada bien cuando la realidad no cumple nuestras expectativas. No solo nos frustra, nos hace sentir que vivimos en un mundo cuyas reglas no entendemos y nunca entenderemos y que el mundo en el que vivimos no es predecible… y eso es algo que el cerebro PAS no soporta. Gran parte del trabajo como PAS, es hacer mi mente más elástica… aunque sigue siendo un reto.
- Cambios de planes: Nuestra mente rígida nos hace ver la vida desde un prisma lleno de organización y planificación. La rutina y saber lo que va a ocurrir, nos da mucha paz. Por eso cuando tenemos algo planeado y se hacen cambios de última hora, lo llevamos mal porque nuestro cerebro tiene que enfrentarse a algo nuevo para lo que no se ha preparado. Porque sí… las PAS tenemos que prepararnos para todo(a nivel mental, emocional e incluso físico).
- Reactividad emocional: Todo tiene un impacto emocional para las PAS. Y cuando digo todo… es todo. Hasta el más mínimo gesto, hasta un tono de voz diferente, hasta cambios sutiles en el entorno, nos hacen reaccionar emocionalmente y nos pone en alerta. Puede que no seamos conscientes siempre de esa reacción emocional interna, pero nuestro cuerpo reacciona y modifica la manera en que pensamos, hablamos y nos tratamos a nosotros mismos.
… Y sus consecuencias
- Agotamiento y falta de energía: La sobre-estimulación, analizar todo con tanta minuciosidad, pensar en exceso, reaccionar emocionalmente a todo, el clima, los sonidos… el mundo está demasiado activo para las PAS. El gasto de energía para el cuerpo y el cerebro PAS, es mayor que en quienes no tienen este rasgo de la personalidad. Por eso las PAS solemos hablar más de nuestra necesidad de descanso y soledad, de no poder socializar como el resto de personas y de necesitar “rituales de recuperación” o “lugares de reparación”.
- No pensar con claridad: Esta es la gran señal de agotamiento y la llamada de nuestro cerebro para que descansemos y nos vayamos a solas a un lugar seguro donde reponer la energía desgastada. No pensar con claridad es algo que yo experimento de varias formas… al socializar, lo noto cuando no puedo enfocarme en una sola cosa o en una sola conversación. Cuando ya estoy agotada, lo noto porque siento como si tuviera una nube dentro de mi cabeza que me presiona internamente y que no me deja reflexionar. Cada PAS lo experimenta de una manera diferente… y debemos descubrirlo porque es la señal para descansar.
- Dolor de cabeza: El cuerpo sobre-estimulado y la mente llena, suele traerme dolores de cabeza. A veces en forma de migraña, como cuando me he expuesto a demasiados estímulos externos (un concierto) o a muchos estímulos internos (pensar en exceso sobre algún tema y el sobre-análisis).
- Dolores físicos: Mi cuerpo grita también cuando está agotado, abrumado y sobre-estimulado y lo hace a través de dolores físicos como molestias en la espalda, especialmente el lumbago, presión en el pecho o nudo en la garganta, señal de que tengo emociones acumuladas que debo sacar de mí.
- Irritabilidad, tristeza y mal humor: Cuando estoy agotada, mi mundo emocional cambia y me pongo de mal humor, critico todo en negativo y me quejo en exceso. Es tan grande este cambio, que hasta yo misma me doy cuenta de que no son reacciones emocionales adaptadas a lo que vivo, por lo que me siento extraña en mi propia piel. Además de esa irritabilidad y de que todo me moleste más, suelo sentirme más triste y con ganas de llorar. La vida es una melancolía compleja y profunda que la siento junto a mí en todo momento… incluso cuando ocurren cosas positivas.
- Perder el sentido vital: El agotamiento nos hace perder el sentido de nuestra vida a las PAS y esa es una de las peores cosas que nos pueden pasar. Sentimos como si nuestra brújula vital se hubiera roto en mil pedazos y nos quedamos a la deriva de una vida que no sabemos a dónde nos llevará. Nos podemos hundir en la desesperación si no nos conocemos lo suficiente como para salir de ese estado emocional pasajero.
Volver al equilibrio
- Soledad y silencio: Estas dos cosas siempre nos regulan… y digo siempre porque así es. Un sistema que está sobre-calentado, lo que necesita es aire fresco y ese aire para las PAS, es la soledad, el silencio, poder aislarnos en una habitación y quedarnos con nosotros mismos para darle tiempo al cuerpo y la mente para descansar, recuperarnos y regularnos.
- Contemplar la naturaleza: Otro elemento clave para volver a la serenidad y el equilibrio, es acudir a entornos naturales donde exponernos al verde y al azul de la naturaleza. El movimiento suave como caminar, nos ayuda, pero a mí me ayuda especialmente a serenarme, esa contemplación sin prisas del entorno natural que me rodea. Ponerme sonidos de naturaleza es otra buena opción si no puedo acudir a un entorno natural.
- Música y ritmos: Toda estimulación rítmica nos relaja porque es predecible. Movimientos suaves como los de una mecedora nos pueden ayudar mucho. La música suave, nos ayuda a enfocar nuestra mente, excesivamente activa y llena de toda la estimulación del día.
- Reflexión y divagación: El cerebro PAS es un cerebro reflexivo, que piensa en exceso. El tipo de reflexión que nos puede ayudar, tiene que ver con permitirnos divagar, momento en que nuestro cerebro conecta ideas, experiencias y conocimientos. Recomiendo evitar la meditación cuando estamos muy saturados porque las distracciones serán tan altas, que nos frustraremos aún más. Al menos a mí me cuesta mucho meditar cuando estoy tan saturada.
Espero que este post tan personal de lo que es para mí ser PAS y de las dificultades que suelo tener, te ayude a conocerte mejor y a buscar esas estrategias que necesitas para volver a sentir la calma que habita en ti.
* Contenido creado por un ser humano en su totalidad. No ha sido consultada ninguna Inteligencia Artificial (No IA).
“El ser humano es lo que es por reunir en él la capacidad de pensar, la capacidad de sentir y la capacidad de actuar. Nuestras emociones por tanto, nos dignifican”
– Karina Zegers –