Gran parte de la humanidad, vivimos aislados en jaulas de hormigón y asfalto. Estamos tan alejados de la naturaleza, que se nos ha olvidado que nuestro cuerpo y mente han sido moldeados por ella.
Me gusta mucho la idea que transmitió James Lovelock, que propuso la “Hipótesis Gaia”, donde decía que la Tierra es una entidad compleja formada por seres vivientes, los mares, la atmósfera y el suelo. Plantea la idea de que nuestro planeta, con su fauna y flora tan variados, es un sistema que se auto-regula a sí mismo.
Añoro vivir más conectada a la naturaleza y a sus ciclos. Para mí, los entornos naturales son reguladores en sí mismos. Me ayudan a liberar mi mente, a ser consciente de nuevo de mi respiración, a escuchar la suave melodía del canto de los pájaros, que me arrulla como una nana.
Cada día soy más consciente del déficit de naturaleza que padezco. Cuando me siento nerviosa, ansiosa, triste o preocupada, no hay nada como una mañana en un entorno natural para volver a equilibrarme. Me encanta caminar en un bosque o en la playa, pero he de confesar, que me encanta tener tiempo para contemplar la naturaleza, pararme, observar a mi alrededor, sentir mi cuerpo y simplemente ser… sin necesidad de hacer nada.
La contemplación de un entorno natural, es una de las cosas que más me regulan y equilibran. Porque la contemplación silenciosa tiene algo de místico… es exponer mis sentidos a las luces y las sombras que el sol proyecta en la tierra, es escuchar las aves, el viento y el silencio, es mirar un entorno verde que me relaja y calma, es moverme al ritmo del agua y oler la hierba recién cortada o la tierra húmeda.
Creo que la naturaleza nos muestra de manera silenciosa varias cosas…
- La vida se desarrolla en torno a ciclos.
- La vida transcurre a través de procesos.
- Todo es impermanente, todo cambia constantemente.
- Puedo estar presente en la calma, sin necesidad de hacer nada.
- Mi cuerpo respira el oxígeno que es creado por los árboles.
- Mirar el horizonte me ayuda a tomar perspectiva.
La naturaleza me llena de asombro, es una sensación de conexión profunda con algo mucho más grande que yo… Lo que más asombro me causa, es mirar el cielo estrellado en una noche despejada (y lejos de la ciudad). Observar esas luces que son mensajes del pasado, observar la vía láctea y sentirme pequeña en comparación a la inmensidad del cosmos… eso es el asombro.
Sin duda alguna, mirar el cielo estrellado, es una gran cura de humildad y nos ayuda a poner las cosas en su sitio, dejando de centrarnos tanto en aquello que no depende de nosotros, abandonando toda lucha.
Trastorno por déficit de naturaleza
Richard Louv ha acuñado el término “trastorno por déficit de naturaleza” para hacer referencia a una gran variedad de trastornos y dolencias que sentimos los humanos del siglo XXI, entre las que cabe destacar: estrés, depresión y ansiedad. Este autor indica que los seres humanos tenemos la necesidad de estar en contacto con la naturaleza, pues equilibra nuestra mente y cuerpo.
Heike Freire indica una serie de consecuencias que sufrimos los humanos por estar desconectados de la naturaleza, entre ellos cabe destacar…
- Menor espontaneidad y alegría. En un estudio publicado en 2013, hallaron que vivir rodeados de zonas verdes (aunque sea en las ciudades), reduce el estrés, la ansiedad y la depresión, al tiempo que genera bienestar con la propia vida.
- Ritmos fisiológicos alterados: El ritmo circadiano que marca la necesidad corporal de dormir, queda impactado por la contaminación lumínica de las ciudades y por el uso de dispositivos móviles.
- Desarrollamos unos sentidos más que otros en base a la sobre-estimulación de la vista y el oído, silenciando otros sentidos como el gusto o la sensación de sentir nuestro cuerpo. Nuestra conexión con los sentidos está limitada en el día a día mientras que cuando acudimos a la naturaleza, estamos teniendo una experiencia inmersiva para nuestros sentidos.
La vida moderna ha traído muchas ventajas, pero nos ha desconectado de nuestro origen. El ser humano se ha desarrollado a través de la naturaleza y conectar de nuevo con ella, es reivindicar nuestros orígenes.
La sanación de la madre Tierra
La madre Tierra nos sana de manera silenciosa y todo cuanto ocurre en ella, es por nuestro bien, para mantener el equilibrio. La naturaleza nos sana de muchas maneras…
- El color verde de la naturaleza: Tiene un efecto calmante en el cerebro, reduciendo el estrés y la ansiedad. Truco: Acude a entornos verdes con árboles, al menos 1 vez por semana.
- La luz del sol: Es la fuente principal de Vitamina D, que nos ayuda a tener unos huesos fuertes al ayudar a fijar el calcio en ellos. Regula el ciclo circadiano, el hambre, la sed y nos ayuda a un buen funcionamiento del intestino. Truco: Exponte al sol al menos 15 minutos al día.
- El horizonte: En un mundo donde miramos la cosas de cerca, cada vez es más común la presencia de problemas de visión, especialmente miopía. Llevar nuestra mirada al horizonte, ayuda a nuestros ojos a cambiar el foco y amplia nuestro mundo mental. Truco: Haz pausas a lo largo del día para mirar a la lejanía y expandir tu mirada interna.
- Refuerza el sistema inmune: Muchos estudios han comprobado cómo acudir a entornos naturales, refuerza nuestro sistema inmune y reduce el dolor. Truco: Date un paseo de 30 minutos o 1 hora por un entorno natural, donde haya árboles.
- El sonido de los pájaros: Escuchar el canto de los pájaros, tiene un efecto relajante sobre nuestro sistema nervioso autónomo, es interpretado como una señal de seguridad y reduce nuestro estrés. Truco: Acude a un parque donde los pájaros canten o escucha música con sonidos de pájaros.
- Tocar la tierra: Múltiples estudios han demostrado que tocar la tierra con las manos, aumenta los niveles de serotonina, el neurotransmisor del equilibrio emocional y la calma. Caminar 15 minutos descalzos sobre la tierra, reduce la inflamación del organismo, lo que redunda en un sistema inmune equilibrado. Truco: Date un paseo descalzo por la playa o dedícate a la jardinería.
- Desarrollo neurocognitivo: Los espacios naturales, promueven un aumento de la actividad en el hemisferio derecho del cerebro que desarrolla la creatividad, nuestra parte artística, la empatía y el manejo de las emociones. Esto es especialmente importante en niños y adolescentes.
- Su poder para centrarnos: La naturaleza, ralentiza nuestra actividad cognitiva y nos ayuda a enfocar nuestra atención. Por eso, estar plenamente presente en un entorno natural (sin móviles ni distracciones), ayuda a re-enfocarnos en el presente. Truco: Apaga el móvil y conéctate a la naturaleza.
Son muchas las ventajas de salir a la naturaleza, planifica en tu semana al menos un día de contacto con la madre Tierra… notarás grandes cambios.
* Contenido creado por un ser humano en su totalidad. No ha sido consultada ninguna Inteligencia Artificial (No IA).
“La naturaleza nunca se apresura. Átomo por átomo, poco a poco logra su trabajo”
– Ralph Waldo Emerson –


