Nuestro sistema nervioso conecta el mundo externo con el mundo interno. Su función es la de captar lo que ocurre a nuestro alrededor, más allá de nuestra piel, para transformar esa información en impulsos eléctricos y químicos que recorren nuestro cuerpo y cerebro.
Podemos hablar del sistema nervioso central, localizado en el cerebro y la médula espinal.
Hablamos del sistema nervioso autónomo como una serie de autovías que recorren toda nuestro tronco corporal, captando el funcionamiento de cada órgano y víscera, llevando esa información al cerebro. Podemos diferenciar…
- Sistema nervioso autónomo simpático: Se encarga de la activación física cuando captamos una amenaza. Es la activación de la respuesta de “lucha-huida”, propia del estrés. Esta rama del sistema nervioso, nos ayuda a luchar y confrontar las amenazas o a huir de las mismas. En ambas respuestas necesitamos mucha energía, por eso todo nuestro cuerpo se acelera.
- Sistema nervioso autónomo parasimpático: Esta rama de sistema nervioso se encarga de dos tipos de respuestas gracias a la activación del nervio vago. La rama ventral del nervio vago, es la que nos ayuda a relajarnos y se activa cuando nos sentimos seguros. La rama dorsal del nervio vago, es una respuesta primigenia del cuerpo humano cuando interpretamos que unagrave amenaza pone en peligro nuestra supervivencia, llegando a desconectarnos del entorno y a veces caemos en el síncope vaso-vagal (desmayo).
Incluso para nuestro sistema nervioso y nuestro cuerpo, no es tan importante lo que ocurre en la realidad, como la manera en que este sistema nervioso interpreta lo que nos rodea. Si nos sentimos seguros, inseguros o si sentimos que podemos luchar para sobrevivir.
La teoría polivagal, nos ayuda a comprender nuestro cuerpo, que responde de manera automática e inconsciente a lo que ocurre a nuestro alrededor, en base a lo que hemos aprendido desde que somos pequeños.
La manera en que nuestro sistema nervioso identifica la seguridad o amenaza, es a través de un radar inconsciente que siempre está activo. Stephen Porges lo llamó “Neurocepción”. La respuesta de nuestro cuerpo dependerá de lo que capte este radar…
- Entorno seguro = Activa el nervio vago ventral, promueve la conexión social.
- Entorno peligroso = Activa el sistema nervioso simpático para luchar o huir.
- Amenaza a la propia vida = Se activa el nervio vago dorsal, disociándonos o desmayándonos.
Una parte muy interesante del auto-conocimiento, es comprender los síntomas propios de la activación de cada estado y qué podemos hacer para volver a la calma y regulación.
Las tres vías del sistema nervioso autónomo
Como te he contado hasta ahora, el conector del mundo externo con el mundo interno (el sistema nervioso autónomo), se puede expresar a través de 3 carreteras diferentes. Para que los puedas identificar mejor, te explico cómo se experimenta cada estado…
Vagal ventral: Es el sistema más moderno, avanzado y sofisticado. Surgió hace unos 200 millones de años. Se desarrolla desde el diafragma hacia arriba. Es un sistema de seguridad y conexión social y emocional. Se encarga de la salud, el crecimiento y la restauración. Lo experimentamos como…
- Conexión a uno mismo, a otros, al mundo, al espíritu.
- Sintonizar con el momento presente y desconectarse de las distracciones.
- Podemos alcanzar nuestras metas y ofrecer apoyo a otros.
- Somos capaces de explorar opciones y sentimos esperanza.
- Experimentamos compasión y auto-compasión.
- Somos flexibles y resilientes.
- Anhelamos conectarnos a otros porque nos sentimos seguros.
Sistema Nervioso Simpático (SNS): Con 400 millones de antigüedad, es el sistema intermedio en la evolución humana, surgió por primera vez en un pez con espinas que aprendió que podía moverse para huir de los peligros. Se desarrolla en la médula espinal, regulando el corazón y la respiración. Es un sistema de movilización, activando la respuesta “lucha-huida”. La protección llega a través de la movilización y eso supone gastar mucha energía aunque durante poco tiempo, inunda nuestro sistema de adrenalina y cortisol. Lo experimentamos como…
- Peligro inminente. Movilización de lucha y huida.
- Inundación de energía excesiva que no podemos drenar de manera adecuada.
- Agresión activa o escape. Nos sentimos alarmados e hipervigilantes.
- Miramos y escuchamos el peligro. Todo es peligroso.
- Perdemos y malinterpretamos las señales de seguridad.
- Sensación de separación de los demás, de estar aislado.
- El mundo es inseguro, la gente es insegura y no se puede confiar en nadie.
Vagal dorsal: Es el sistema de defensa más antiguo, se originó hace 500 millones de años en un pez sin espinas, que solo podía “hacerse el muerto” para sobrevivir, por lo que se paraliza toda actividad física, reduciendo las constantes vitales. Se localiza en la parte baja del abdomen, del diafragma hacia abajo. En los seres humanos, este sistema de respuesta nos desconecta, colapsando todo nuestro sistema y llegando a respuestas de disociación (se desconecta el cuerpo de la parte emocional). Esta respuesta es típica en los traumas emocionales y psicológicos. Lo experimentamos como…
- El cuerpo entra en modo de conservación, digestión alterada.
- Nos sentimos entumecidos, bruma mental.
- El cuerpo se colapsa. Respiración superficial.
- Nos sentimos desconectados, sin ataduras, flotando. Estado de disociación.
- Sentimos soledad, abandono, sin esperanza.
- Deseamos desaparecer y el sentimiento de seguridad y esperanza es inalcanzable.
- No hay suficiente energía para navegar por nuestro día.
- El estado vagal dorsal, es una historia de desesperación.
Nuestro cuerpo no deshecha ningún tipo de respuesta que haya aprendido, aunque tiende a responder primero con los sistemas más modernos porque tienen una respuesta más rápida y suponen un menor gasto de energía.
Nuestro cuerpo, ante una amenaza, tiende primero a activar el nervio vago ventral, si no es posible la conexión con otros seres humanos, activa el sistema nervioso parasimpático y si la amenaza es demasiado intensa, pasa a activar el nervio vago dorsal.
Los estados híbridos del sistema nervioso autónomo
Nuestros sistema nervioso autónomo, se puede activar en 3 modos (vagal ventral, simpático y vagal dorsal), pero existen también estados híbridos que nacen de la suma de dos ramas del sistema nervioso que se activan al mismo tiempo…
- Ventral + Simpático => Juego: Se buscan momentos lúdicos. El juego tonifica nuestro nervio vago, lo fortalece y le hace más flexible. Para muchas personas, el juego, el sentido del humor o las bromas, son señales de peligro o les da la sensación de pérdida de control, por lo que en estos casos el juego sería algo a evitar.
- Simpático + Dorsal => Paralización: Es un estado donde se mantienen los músculos rígidos pero el dorsal impide el movimiento. Hay una gran inmovilización pero con mucha energía. Podríamos decir que es un estado de “rígido-asustado” propio de cuando nos sentimos paralizados por el miedo, con mucha energía y tensión pero sin poder movernos.
- Ventral + Dorsal => Quietud: Consiste en conectar profundamente desde la calma, con aquello que nos rodea. El nervio vago debe cooperar en sus dos ramas (ventral y dorsal), inmovilizando el cuerpo pero sin la presencia del miedo. Para algunas personas, la quietud es otra señal de peligro, por eso les cuesta tanto relajarse.
Emociones y estado del sistema nervioso
Algo que me llama mucho la atención de comprender el estado de mi sistema nervioso, es que una misma emoción, se puede sentir de manera muy diferente dependiendo del estado activo del sistema nervioso.
A continuación te pongo un ejemplo de cómo siento yo la tristeza en cada estado…
- Tristeza y estado vagal ventral: En este estado, puedo sentir la tristeza impregnada en las pequeñas cosas de mi vida. Es una mirada melancólica que inunda mi mundo, incluso cuando estoy en quietud o alegre.
- Tristeza y estado simpático: Cuando me encuentro muy activada, la tristeza puede aparecer como una sensación de ir en piloto automático, pero sin encontrarle el sentido a lo que hago. Es una tristeza que me hace dudar de todo y de todos, incluso de mí misma.
- Tristeza y estado vagal dorsal: En este estado donde mi sistema se queda sin energía, la tristeza la experimento como algo muy pesado, puedo sentir que me hundo en un pozo oscuro del que me cuesta salir, siento mi mente lenta y todo supone un esfuerzo sobre-humano.
Este artículo está repleto de información que te puede ayudar a conocerte mejor. Solo tienes que observarte y ser consciente de las respuestas que emite tu cuerpo y sistema nervioso. Espero que te ayude a regularte y conocerte mejor.
* Contenido creado por un ser humano en su totalidad. No ha sido consultada ninguna Inteligencia Artificial (No IA).
“No se trata del cerebro tomando una decisión cognitiva. Se trata de energías autónomas que se asientan en patrones de protección. Y con esta nueva conciencia, se abre la puerta a la compasión”
– Deb Dana –

