El ser humano está conectado a su entorno y también a su mundo interior. Nuestro cerebro se desarrolló en un mundo muy diferente a aquel en que vivimos ahora. El exceso de estímulos e información, nos están saturando y abrumando cada vez más. 

Nuestro cerebro tiene recursos limitados para poder percibir, analizar, conectar e integrar la información que accede a nuestro sistema. 

En el siglo XXI, la estimulación es infinita, hay tanta información disponible por todas partes (el entorno, internet), que estamos dañando gravemente nuestra capacidad de atención y de comprensión.

Uno de los pilares centrales en las Personas Altamente Sensibles (PAS), es que percibimos de 8 a 10 veces más informacion que una NO PAS. Para nosotras, la sobre-estimulación es algo con lo que debemos lidiar cada día. 

Pero cada vez más, muchas NO PAS se sienten sobre-estimuladas, lo que conlleva graves consecuencias emocionales y mentales, incluso físicas, si no somos capaces de regularnos y gestionar el exceso de estimulación. 

El uso las redes sociales, donde tenemos un exceso de información disponible a un solo click, nos llena la mente de información y emociones que nos saturan. La consecuencia natural de sentirnos abrumados, es que acabamos desconectándonos de nuestro mundo interior, nos convertimos en autómatas, navegando por la vida en piloto automático. 

Una gran pandemia se está gestando… una en la que el exceso de información nos hace perdernos, nos deshumaniza e insensibiliza. Una pandemia que nos llena de ansiedad y angustia, que nos deprime y nos hace sentir perdidos… porque nuestra brújula interior, se ha estropeado. 

La única cura para esta pandemia, es recuperar nuestro poder de decisión… podemos decidir desconectarnos de lo que nos llena de informacion vacía, podemos re-conectar con nuestro auténtico ser… aquel que no necesita nada porque ya lo ES todo, podemos re-conectar con la madre Tierra, que nos equilibra y sana. Está en nuestras manos… nuestro equilibrio mental, nos pertenece. 

Sobre-estimulación externa

Podríamos definir a la sobre-estimulación como… un exceso de información que accede a nuestro sistema cerebral a través de los sentidos. Si nuestros sentidos se sobrecargan, nuestro cerebro se sobre-calienta y termina por desconectarse al tener un exceso de información que procesar. 

En el siglo XXI, solemos experimentar sobre-estimulación sobre cada sentido, aunque creo que las mayores consecuencias de la sobre-estimulación, la sentimos sobre…

Vista: Somos seres muy visuales, éste es el sentido que más desarrollado solemos tener y esto hace que obviemos otros sentidos que son esenciales para nuestra supervivencia. Algunas de las cosas que nos afectan y sobre-estimulan a través de nuestros ojos, son… 

• Exposición a la luz eléctrica constante y a la luz de las pantallas retro-iluminadas. Cambia nuestro ciclo circadiano y por eso dormimos peor. 

• Exceso de imágenes en forma de fotografías o vídeos, invaden nuestro sistema y manipulan nuestras emociones.

• Observar demasiado cemento y poco verde de la naturaleza, está afectando profundamente a nuestro cerebro, generando tensión y estrés.

• Las dificultades para ver el horizonte en nuestro día a día, nos puede generar problemas de vista, especialmente la miopía va en aumento porque siempre estamos mirando objetos muy cerca de nuestros ojos. 

• Estar inmersos y rodeados por grandes cantidades de gente, como ocurre en las ciudades cuando vas en metro, autobús o caminando por la calle, nos va generando una huella emocional que se traduce en un profundo agotamiento.  

Audición: En mi caso, es el sentido que más se sobre-estimula y que más me desequilibra emocionalmente. Como PAS, tengo un oído muy fino, soy capaz de captar sonidos muy sutiles que otras personas no pueden captar. Los sonidos fuertes de tráfico, pitidos, sirenas u obras, invaden mi sistema y elevan mi tensión física y estrés. Para mí, es esencial acceder a lugares con pocos sonidos, además de hace prácticas inmersivas en entornos naturales donde poder escuchar el viento, el canto de los pájaros y el silencio de la naturaleza, que me susurra quietud y serenidad… justo lo que necesita mi sobrecargado sistema. 

Olfato: Este sentido algo olvidado, está profundamente conectado a nuestro mundo emocional. Un olor puede llevarnos al pasado en un segundo, reviviendo una experiencia que nos ha marcado. A las PAS, los olores fuertes pueden darnos dolor de cabeza y desestabilizarnos mucho. Quienes vivimos en la ciudad, los olores poco naturales, nos confunden y abruman. 

Hoy en día, todos nuestros sentidos pueden quedar sobre-estimulados, pero creo que la vista, el oído y el olfato, son los que más nos abruman porque no podemos controlar la estimulación que accede a ellos, como sí podemos hacer con el gusto y el tacto. 

Sobre-estimulación interna

Cuando se habla de sobre-estimulación, tendemos a referirnos a un exceso de estimulación externa, pero en mi experiencia como PAS, también podemos tener una sobre-estimulación interna por exceso de emociones y pensamientos.

En ocasiones, la sobre-estimulación interna y esa sensación de estar “acelerado”, se produce como consecuencia de la sobre-estimulación externa, pero otras veces, nace directamente en nuestra mente. 

Exceso de emociones: Mucha de la informacion que accede a nuestro sistema cerebral, se procesa de manera inconsciente y genera una respuesta emocional. Por eso muchas veces nos sentimos llenos de emociones que no entendemos por qué nos acompañan. Si no tenemos algunas técnicas de regulación emocional diarias, esas emociones se irán acumulando en nuestro interior y llegarán en forma de “tormentas emocionales” o nos sentiremos desconectados de nuestras emociones. 

Exceso de pensamientos: Nuestra mente pensante, tiene la función básica de crear pensamientos en base a las emociones que sentimos. Si tenemos un exceso de emociones que no hemos podido regular, es probable que también tengamos un exceso de pensamientos o rumiaciones, pensamientos en bucle que nos arrebatan la posibilidad de vivir en el presente. 

Es importante que seas consciente de las primeras señales de sobre-estimulación. Algunos signos que he ido observando en mí y en otras personas son…

• Incapacidad de enfocar nuestra atención.
• Emociones intensas que tratan de liberar tensión (enfado, llanto, ansiedad). 
• Sentirnos bloqueados y desconectarnos de lo que ocurre a nuestro alrededor. 
• Necesidad de aislarnos, salir del entorno que nos reclama recursos internos. 
• Sentirnos apáticos, desmotivados, efectos del agotamiento.
• Necesidad de dormir, dar un paseo a solas por la naturaleza o escuchar música relajante. 

Gestionando la sobre-estimulación

Muchas veces, la sobre-estimulación nos agota tanto, que podemos sentirla como dolor físico. Además, es relativamente habitual que somaticemos esta ausencia de regulación interna en forma de migrañas o  contracturas por la tensión física acumulada. 

Por todo ello, es tan importante ser conscientes de cuándo y qué nos sobre-estimula, poniendo límites y haciendo algunas prácticas conscientes muy sencillas, que nos regulan. Como Persona Altamente Sensible (PAS), debo convertirme en una experta en gestionar la sobre-estimulación. Comparto contigo algunos de mis descubrimientos… 

• Regulando la estimulación de mis sentidos: Hacerme consciente de la estimulación externa que me sobre-estimula y tratar de exponerme a ella menos tiempo del habitual. En mi caso, trato de exponerme poco tiempo a lugares muy concurridos, con muchos sonidos o de volumen alto. 

• Descansos y soledad: La única manera de reducir la sobre-activación de cuerpo y mente cuando estoy sobre-estimulada, es retirarme a lugares con poca gente y poca estimulación. Retirarme a mi cuarto para leer, escuchar música o escribir, es muy útil. 

• La quietud de la naturaleza: La naturaleza siempre me calma y equilibra, acudir de manera semanal a entornos naturales, me ayuda a contra-restar los efectos nocivos del exceso de estimulación. 

• Regulación emocional: Todos los humanos necesitamos una regulación emocional diaria o semanal, pero las PAS, lo necesitamos de manera urgente. Las maneras más efectivas de regularme emocionalmente son… escribir, escuchar música, llorar, caminar sola por la naturaleza, meditar, hacer respiraciones conscientes, hablar con alguien de confianza. 

• Regulación de los pensamientos: Mi mente pensante suele estar sobre-activada y es relativamente fácil que me quede atrapada en bucles de pensamientos y preocupaciones. Lo que me ayuda a regularme cuando estoy saturada de pensamientos, es… escribir, sentir mi cuerpo de manera consciente haciendo un escáner corporal, caminar con lentitud sintiendo mi cuerpo en movimiento, hablar con alguien de confianza. 

• Prácticas de atención plena: La atención plena o mindfulness, nos ayuda a vivir en el presente, conectándonos al cuerpo y a las sensaciones. Las prácticas que más me ayudan, son… caminar conscientemente, conducción consciente, ducha consciente, respirar de manera consciente y meditar. 

Para mí, la práctica de Mindfulness ha supuesto un cambio radical en la manera en que vivo y me relaciono conmigo misma. Si tú también quieres aprender a vivir conscientemente desde la quietud, te recomiendo un pack de cursos que cambiarán tu vida. Te invito a visitar mi Escuela de Crecimiento Consciente y cambiar tu vida para siempre, haciendo click aquí 

“Cuanta más estimulación y más velocidad, menos capacidad de controlar la paciencia”

– Marian Rojas Estapé –