En ocasiones la vida nos pesa demasiado.
Nos pesa porque no es como imaginábamos, nos pesa porque no siempre somos felices, nos pesa porque no alcanzamos nuestras metas y cuando las alcanzamos, nos damos cuenta de que no es eso lo que en realidad queremos.
Y así vamos saltando por la vida. Con etapas de calma y otras etapas más turbulentas.
Precisamente cuando todo parece estar del revés, es el momento de salir de nuestra vida, de tomar perspectiva.
Porque solo cuando salimos de nuestros problemas, podemos ver las cosas como son, más allá de nuestros deseos y temores. Solo desde la distancia emocional, podemos tomar decisiones conscientes.
Tomando perspectiva
Tomar perspectiva supone dar un paso atrás, alejarnos de la situación que la vida ha traído hasta nosotros, sea agradable o desagradable.
En este paso que damos hacia atrás, hacemos muchas cosas…
- Respiramos con calma y nos conectamos de nuevo con nosotros.
- Nos calmamos y regulamos nuestras emociones.
- Nos distanciamos de las emociones intensas que nos hacen sufrir.
- Vemos la situación que nos preocupa, desde una perspectiva más amplia.
- Contemplamos la situación como un observador.
- Dejamos a un lado nuestros juicios y críticas.
- Nos acercamos a esa situación de manera neutral.
- Tomamos decisiones conscientes.
Como has podido comprobar, tomar perspectiva es un proceso que comienza creando calma en nuestro interior y nos lleva hasta una toma de decisiones consciente.
Si no nos calmamos, si nos quedamos enredados en la situación problemática y en nuestras intensas emociones, no tendremos claridad en la mente y por tanto, tomaremos decisiones impulsivas cuyo objetivo será reducir nuestro malestar, aunque tenga consecuencias no deseadas a medio o largo plazo.
Tomar perspectiva de una situación compleja, lo podemos vivir como abrir una puerta que nos lleva a otra realidad, a otra manera de ver y sentir las cosas.
En ocasiones, siento que cuando me alejo de mis preocupaciones e intensas emociones, soy capaz de contemplar cosas que antes no veía, porque las emociones me cegaban, porque mis creencias y juicios me impedían ver claramente.
Tal vez temas dar un paso atrás porque ese gesto significa para ti, volver al pasado.
Nada más lejos de la realidad… este paso atrás, nos sirve para tomar impulso, para dirigir nuestra vida desde el presente y la serenidad. Y eso es todo menos volver al pasado.
Tu vida es como un paisaje enormemente bello, pero cuya belleza solo puedes contemplar cuando lo ves en su totalidad y no solo por las partes que lo componen (árboles, agua, piedras, montañas, flores, etc.).
Con tus problemas ocurre lo mismo, en ocasiones te quedas atrapado en una emoción, pensamiento o creencia que te impide ver las cosas tal y como son. Te fijas solo en un árbol en lugar de comprender que hay todo un bosque que te rodea.
Por eso tomar perspectiva y dar ese paso hacia atrás, nos ayuda tanto, porque nos hace conscientes de cosas que no podíamos captar previamente.
Distanciándome de mí misma
Muchas son las ocasiones en que debo distanciarme no solo de la situación que vivo, sino también de mí misma.
Porque en ocasiones siento ofuscación, me quedo atrapada en partes de mí misma que me impiden ver las cosas más allá de mis creencias.
Con el paso de los años, he ido conociéndome mejor y comprendo que muchas veces me quedo atrapada en el enfado, en la rigidez de mi mente porque ella cree saber cómo son las cosas, también me quedo atrapada en mis creencias porque a veces me da miedo admitir que estoy frente a un precipicio.
Y ese precipicio en realidad tiene un puente por el que cruzarlo, pero no puedo verlo desde mi perspectiva ofuscada.
Por eso necesito salir de mí misma también.
Porque necesito liberarme de la estrechez de miras de mi mente, necesito salir de la caja en la que yo misma me he metido para hacer la vida más fácil. Porque necesito salir de mí para ser auténtica.
He probado muchas cosas para salir de mí misma y re-encontrarme, pero las que más me ayudan son…
- Darme un respiro: Cuando mis días están llenos de trabajo, me alejo de mí misma porque debo meterme en la piel de la psicóloga que hay en mí. Y cuando encadeno muchas semanas de intenso trabajo, me suelo agotar y el estrés me visita. Por eso he aprendido que debo darme respiros diarios, momentos en los que cerrar los ojos y sentir mi respiración serena. Me gusta practicar este pequeño ejercicio antes de cada sesión con mis pacientes.
- Irme de vacaciones: Para mí, las vacaciones son sagradas… y cada año que pasa, son cada vez más importantes. El problema está en que no siempre me resulta fácil desconectar de mi vida profesional. Estoy aprendiendo a reclamar el tiempo que es para mí, porque no estoy acostumbrada. Sin embargo, sé que un tiempo alejada de mi trabajo cotidiano, es sanador y por eso estoy transformando el tiempo que me dedico a mí misma, para que sea un tiempo de calidad y me ayude a reponer mi energía.
- Desconectar de mi rutina diaria: Los fines de semana son un tiempo deseado pero también complicado. En mi caso, los fines de semana son días en los que tengo más calma y esa calma es justo la que necesito para escribir estos artículos y los emails que comparto con mis suscriptores. Por eso los fines de semana no puedo desconectar del todo de mi trabajo, aunque sí de mi rutina diaria. Estoy aprendiendo a dedicar la mañana a escribir y las tardes me las dejo libres para mí. Aunque a veces es una misión casi imposible.
- Meditar: Creo que la meditación es mi estrategia favorita. Es la que me permite conocerme mejor, me relaja, me permite tomar perspectiva de mi vida y me ayuda a distanciarme de mí misma, especialmente de mi mente. He aprendido a salir de mi vida, gracias a la meditación. También me hago más flexible gracias a la meditación, porque me doy cuenta de que yo no soy mi mente y eso me ayuda a no aferrarme tanto a mis creencias y a mis expectativas.
- Acudir a la naturaleza: La naturaleza es mi verdadero hogar y por eso acudo a ella cuando necesito salir de mí misma, cuando quiero distanciarme de algo de mi vida. Porque en la naturaleza solo hay calma, ciclos, cambios. Y la madre naturaleza lo afronta con serenidad, porque en su sabiduría, sabe que el cambio es natural y me contagia esa fortaleza.
Ahora ya sabes que puedes salir de tu vida para tomar impulso y dirigirla de manera consciente. Prueba diferentes técnicas y quédate con aquellas que te ayuden realmente.
Salir de tu vida te ayuda a ver las cosas con perspectiva