Solemos creer que nuestra vida es solo lo que podemos ver, lo que podemos sentir… y eso nos hace confundir nuestra esencia con el cuerpo físico que habitamos.
Es un error común… es normal, al fin y al cabo nuestro cuerpo es nuestro universo… a través del cual nos comunicamos, nos relacionamos, alcanzamos las metas que nos proponemos… pero no debes olvidar que tu cuerpo es un medio para lograr todas estas cosas… tú no eres tu cuerpo
Cuando despiertas a esta verdad, cuando te das cuenta de que eres mucho más que tu cuerpo, comienzas a ser consciente de algo más… del poder que habita en ti
Es un poder que trasciende la energía que crea tu cuerpo… trasciende a tu mente y comienza a introducirse en tu corazón… en las energías más sutiles que recorren tu cuerpo, re-descubriéndote… es el poder que nace de tu espiritualidad, de un conocimiento más profundo de ti mismo.
Solemos huir de la palabra poder… tal vez porque la asociamos al abuso… a que una persona se aproveche de otra… pero el poder del que yo te hablo no daña… de hecho te ayuda a evolucionar, te permite ayudar a otros, te hace más sabio y maduro, más espiritual y profundo.
Pero el poder que yace en ti es muy sensible… se esconde cuando te criticas, cuando dudas de ti mismo, cuando pierdes la fé y confianza en ti, en tu capacidad… por eso debes tener cuidado… por eso debes darle todo tu amor, para que crezca y se sienta seguro, para que puedas sentir su presencia cada día.
Haciéndonos conscientes de nuestro poder
Creo que nos hacemos conscientes de este poder interno cuando nos enfrentamos a situaciones extremas, cuando debemos demostrarnos a nosotros mismos que podemos afrontar cualquier situación que la vida nos traiga. Porque las adversidades nos ayudan a crecer, nos permiten conocernos mejor y hacernos conscientes de nuestra esencia.
Este poder interno lo has sentido cuando te has propuesto una meta y no has parado hasta conseguirla, cuando has sentido ansiedad o tristeza y has decidido buscar ayuda profesional para mejorar… señal de que sabes que saldrás adelante.
También has sentido tu poder interno cuando ayudas a otros… en ocasiones a costa de olvidarte de ti mismo… lo que no es aconsejable porque si le das todo a los demás y no te dejas nada para ti… te vaciarás por dentro y te perderás a ti mismo… aunque a veces eso no es malo porque cuando estás totalmente perdido, es cuando tu poder entra en acción y sientes la necesidad de dedicarte tiempo y tal vez buscar ayuda profesional.
Tu poder interno lo has sentido cuando parte de esta realidad tridimensional un ser amado… cuando estás triste y sabes que tu vida ha cambiado por su ausencia, pero también eres consciente de que esa persona siempre se quedará contigo… en tus recuerdos… en lo que te ha enseñado… en cómo te ha cambiado compartir tu vida con esa persona.
Como verás… ya has contactado con tu poder interno muchas veces… ahora solo falta que seas consciente de él, que lo sientas cerca de ti y no por casualidad, sino conscientemente.
Creo que el poder que anida en ti y en mí, hunde sus raíces en nuestra espiritualidad… esa parte olvidada y mística, esa que refleja nuestra verdadera esencia.
La noche oscura del alma
En el despertar espiritual existe lo que se llama “la noche oscura del alma”, concepto que fue acuñado por el monje español San Juan de La Cruz, que indica que de las crisis vitales puede nacer nuestro poder interno, nuestra espiritualidad.
Las crisis y sucesos vitales importantes, nos pueden llevar por un sendero donde nada tiene sentido, donde el sufrimiento aparece y como nos da tanto miedo, huimos de él, nos escondemos y nos refugiamos en cosas externas que nos distraigan, que nos hagan olvidar… como el alcohol, el juego, la dependencia emocional, los amigos, el móvil, las redes sociales, las drogas, las compras, los videojuegos o cualquier otra cosa que logre anestesiarnos emocionalmente.
Y es que tememos profundamente lo que podamos encontrar en nuestro interior… tenemos miedo de la tristeza y de la alegría, de la calma y del exceso de ruido… y así vivimos… saltando… asustándonos cuando aparece la estabilidad o cuando el amor no está lleno de mariposas… cuando en realidad el amor es otra cosa… no es ese subidón… no es esa pasión inicial… y lo que logramos con todo esto, con esta huida eterna, es que nunca estamos dentro de nosotros mismos.
La noche oscura del alma nos habla de oscuridad, de sufrimiento… y lo hace porque conocernos realmente no es fácil, debemos enfrentarnos a nuestras peores cosas… a la sombra de la que hablaba Jung. Pero este sendero oscuro donde todo ha perdido el sentido, tiene la capacidad de cambiarnos profundamente, de hallar a nuestro verdadero yo… nuestro poder interno.
Caroline Myss habla de estas cosas en sus libros… ella cree que las crisis espirituales de este tipo, tienen un propósito, que el sufrimiento no aparece sin más, que su presencia es necesaria para evolucionar, para dar el salto, para conectar con nosotros mismos y con la divinidad… que vive fuera de nosotros pero también en nuestro interior.
La noche oscura del alma nos ayuda a comprender que la vida no es justa… que eso es un mito… la vida trae hasta nosotros lo que necesitamos para aprender… que debemos ser responsables de lo que sentimos, pensamos, decimos y hacemos… que todo está en nosotros… que tenemos un poder infinito dormido en nuestro interior.
Algunas de las cosas que nos enseña esta noche oscura del alma, es que debemos aceptar la vida tal y como es… eso no significa que nos guste lo que ocurre… simplemente supone aceptar lo que venga, viviendo desde nuestro amor y no desde nuestro odio, supone ser conscientes de la abundancia que hay en nuestra vida… más allá del dinero, porque el dinero es un invento humano… no es bueno ni malo… es tan solo un medio.
La noche oscura del alma te confronta contigo mismo, es la señal para que profundices un poco más… para que encuentres el poder que anida en ti… que es eterno, infinito, hermoso y brillante… como tú mismo…