Nuestro mundo emocional esta vivo.
Tal vez tengas la idea de que tus emociones son estáticas y cuando vienen, se quedan mucho tiempo contigo. He de decirte que ese no es el comportamiento natural de las emociones.
Las emociones son energía, la energía vibra y se mueve. Cuando la energía se queda estancada, es cuando observamos y sentimos dificultades en nuestra vida.
Lo cierto es que no queremos sentir, queremos ahorrarnos emociones muy intensas que nos angustian y nos hacen sentir mal. Pero de lo que no somos conscientes, es que si dejamos de sentir las emociones desagradables, estamos cerrándonos también a sentir las emociones positivas y agradables.
Esto es así… en la naturaleza y en el ser humano, todo ha de estar en equilibrio. Y eso supone moverme entre las emociones agradables y desagradables, entre la energía que vibra alto y la que vibra bajo.
Esto es algo así como la ingeniería climática… querer cambiar el clima a través de compuestos químicos creados por el ser humano. Al igual que ocurre con el clima, la manipulación de nuestras emociones, solo hace más difícil nuestra vida.
Las tempestades emocionales son etapas de nuestra vida en las que las emociones son intensas, tanto que nublan nuestra mente y nos hacen experimentar sensaciones intensas en nuestro cuerpo.
No podemos huir de estas tempestades… a veces llegan porque hemos negado por mucho tiempo nuestras emociones y un día explotan en forma de ansiedad, un ataque de pánico, una etapa de depresión, ira que genera conflictos o una decepción profunda por nosotros mismos o por los demás.
Las tempestades emocionales son llamadas, alarmas que nos avisan de algunas cosas que no funcionan bien en nuestra vida.
Y si tenemos la suficiente valentía para soportar las tempestades, aunque nos estremezcamos, nos hundamos y lloremos, saldremos reforzadas de ellas, mucho más fuertes emocionalmente y con un mayor auto-conocimiento, lo que permitirá guiar nuestra vida con consciencia.
Lo ideal es no tener que llegar a la tempestad emocional, para ello te voy a explicar cómo se desarrollan dos fenómenos meteorológicos emocionales básicos: el tsunami emocional y el huracán de pensamientos…
La ola de las emociones
Me gusta explicar qué son las emociones de una manera sencilla… las emociones son como las olas. Esto quiere decir que siguen las mismas etapas de desarrollo que una ola. Lo comprenderás mejor con la siguiente imagen…
Una ola nace, se expresa, alcanza su máxima altura y finalmente se desintegra.
Las emociones llevan el mismo recorrido cuando las permitimos ser y expresarse de manera natural. Los problemas emocionales suelen llegar cuando rompemos este ciclo propio de la emoción. Podemos romperlo de tres formas…
- Anestesia emocional = la ola de la emoción no nace.
- Represión emocional = la ola de la emoción no se expresa hacia fuera (tal vez sí dentro de mi).
- Bypass emocional = la ola de la emoción llega, pero racionalizo lo que siento para “quitarle fuerza”.
La anestesia emocional es un proceso por el cual apenas sentimos las emociones o las experimentamos de una forma muy leve. Suele ser una estrategia que usamos tras un período de nuestra vida donde hemos tenido emociones muy intensas y sentimos que necesitamos desconectarnos de las emociones para poder seguir con nuestra vida. Esto nos hace sentir como autómatas.
La represión emocional consiste en sentir intensamente una emoción, pero la cortamos de manera drástica. Podemos tener la sensación de control absoluto sobre las emociones, pero solo las estamos almacenando en un cuarto oscuro. Y cuando la puerta de ese cuarto oscuro no pueda contener más toda esa carga, las emociones llegarán a nosotros como una gran tempestad emocional.
El bypass emocional consiste en sentir mis emociones, pero como son intensas y nos desequilibran, acudimos a nuestra mente racional para reducir su intensidad. Podemos tener la sensación de que hemos regulado lo que sentimos, aunque en realidad solo estamos tapando la parte afectiva de la emoción.
Las emociones han de llegar, debemos sentirlas en el cuerpo y en nuestro mundo afectivo, debemos dejarle espacio a que se expresen como son, podemos acompañarlas en su crecimiento y también en su desvanecimiento. Esta es la verdadera regulación emocional, acompañar a mis emociones y sentirlas.
El tsunami emocional
Una ola se puede convertir en un Tsunami… lo mismo ocurre con la ola de la emoción.
Un tsunami emocional consiste en la llegada de una emoción muy intensa que viene acompañada de otras emociones que magnifican las sensaciones. Por ejemplo, puedo sentir una melancolía profunda que invade mi cuerpo y mi mente, trayéndome recuerdos del pasado que aumentan mi tristeza y esta tristeza aumenta mi melancolía.
Por lo tanto, en el tsunami emocional, son varias emociones las que llegan a mí y todas ellas intensifican mis sensaciones. La formación de un tsunami emocional se puede producir de dos maneras…
- Un suceso traumático que nos hace experimentar una emoción intensa y sin previo aviso, por lo que no podemos prepararnos para afrontar las consecuencias emocionales.
- Conjunto de olas emocionales pequeñas que no regulamos y que incluso reprimimos. La acumulación de olas pequeñas de emoción (una especie de marejada emocional), puede dar lugar a una super ola emocional que nos deja sin respiración e incapaces de regular lo que sentimos.
El tsunami emocional, arrasa con nuestro interior porque la fuerza de las emociones es tan profunda e intensa, que nos lleva a un estado emocional crítico donde sentimos que no podemos hacer nada por calmarnos ni regularnos.
Y es que cuando llega el tsunami, tratamos de huir, pero no hay lugar donde sentirnos a salvo, porque este tsunami ocurre en nuestro interior. Y aunque podemos disociarnos de esa emoción o sensación, es fácil que el tsunami se repita y volvamos a sentir lo mismo una vez más.
El tsunami puede parecer destructivo al principio, aunque la realidad es que nos ayuda a limpiarnos y drenarnos de toda esa energía emocional que habíamos acumulado en nuestro interior. La clave está en aprender a regular cada emoción que sentimos, para que éstas no se acumulen y lleguen a destrozarlo todo.
El huracán de pensamientos
Al igual que los huracanes arrasan la tierra para reducir la temperatura del agua, nuestros pensamientos arrasan nuestra mente para hacernos conscientes de todo lo que hay en su interior.
Los huracanes son curiosos… en el centro está el ojo de la tormenta donde todo es quietud y paz, pero saliendo de esta zona, existen vientos huracanados que son capaces de acabar con todo cuanto se ponga en su camino.
Yo he estado muchas veces en el huracán de mis pensamientos. Son esos momentos en los que la mente parece tener vida propia y me arrastra con la fuerza de un viento de 300 Km/hora, hacia preocupaciones, pensamientos negativos, pensamientos catastróficos y anticipaciones que solo hacen más fuerte esta tempestad emocional que vivo.
Es tal la fuerza del huracán de la mente, que parece que solo te puedes dejar llevar. Yo he aprendido que puedo salir de esos vientos huracanados para introducirme en el ojo de la tormenta.
La meditación me ayuda a salir de ese bucle de pensamientos que me arrastra y me hunde. La meditación me ayuda a entrar en el ojo del huracán. Es un lugar privilegiado en el que puedo observar los bucles de mi mente sin dejarme arrastrar por ellos. Es así como me convierto en observadora del contenido de mi mente sin tomar partido. Y en ese proceso, el huracán comienza a perder fuerza, porque lo que le alimentaba era mi atención.
Regulando mi clima emocional
Como te he comentado un poco más arriba en este post, los humanos tenemos muchas estrategias para relacionarnos con la ola de la emoción: anestesia emocional, represión emocional y bypass emocional.
Aunque el bypass parece la más inofensiva de todas, en realidad estamos manipulando nuestras emociones. Y lo ideal es que regulemos lo que sentimos. Para mí, la regulación emocional sigue unos pasos concretos…
- Sentir mi emoción y quedarme con ella. Así me consuelo.
- Observar y sentir la emoción en mi cuerpo.
- Observar la emoción desde mi mente.
- Regular lo que siento: respirando, escribiendo, caminando.
- Permitir que la emoción se desintegre de manera natural.
Espero que este post te haya ayudado a comprender un poco mejor tus emociones y las tempestades internas que a veces te arrasan. Pero sobre todo, espero que aprendas a regular tu clima emocional.
“Cuando la tormenta te hace pedazos, puedes decidir cómo volverte a armar”
– Bryant H. McGill –