El ser humano es una suma de luces y sombras.
Las luces están formadas por aquellas características que admiramos de nosotros mismos, las cosas que nos enorgullecen.
Las sombras estás formadas por aquellas cosas que rechazamos, lo que no nos gusta y preferimos esconder para que nadie vea… ni siquiera nosotros mismos.
En el trabajo terapéutico, nos encontramos habitualmente con la sombra y muchas veces nos asustamos de poseer ciertas características o aptitudes. Es el miedo el que condena a la oscuridad eterna a aquellas cosas que rechazamos de nosotros… y así es como la sombra crece y convive con nosotros.
El conocimiento más profundo de uno mismo, la auténtica transformación, llega a través del confrontamiento con aquello que menos nos gusta de nosotros mismos, aunque haga falta mucha valentía para ello.
El viaje interno a través de nuestras sombras psicológicas y emocionales, nos conduce a lo desconocido y aterrador. Para atravesar este bosque lleno de oscuridad, debemos alumbrar el camino con nuestra bondad y amor. Y esta bondad y amor, debemos dárnosla a nosotros mismos… somos los héroes de nuestra propia historia.
La sombra, nace del vendaje o máscara que debimos usar desde pequeños para protegernos de nuestras heridas emocionales. Por lo tanto, son nuestras heridas emocionales las que van creando esa sombra que rechazamos porque nos hace sentir frágiles, vulnerables o indignos de amor y atención.
Identificando las sombras
Nuestras sombras nacen del ego, ese mal entendido “yo” que hemos construido capa a capa, para poder sobrevivir en un mundo en el que no es fácil prosperar.
Así, hemos aprendido a proteger esas sombras que hablan de vulnerabilidad, que muestran nuestra faceta más humana y también la más cruel.
Las sombras han sido sepultadas a rincones oscuros de nuestra mente, tanto que nos hemos olvidado de su existencia y tratamos de reducir su influencia, haciendo como si no existieran. Las sombras las arrinconamos en nuestro subconsciente.
Al repudiar una parte de nosotros, la separamos del concepto de quiénes somos. Así es como creamos un “yo” fragmentado, con partes que se sienten inconexas e incoherentes. Y esta es la gran fuente de sufrimiento humano.
Los sombras se expresan de manera sutil, pero puedes identificarlas a través de…
- Patrones repetitivos en tus relaciones: Si sientes que siempre atraes al mismo tipo de personas a tu vida, se trata de que tu sombra atrae a esas personas. Pregúntate… ¿Qué me muestra esta persona o relación? ¿Qué sombras propias me refleja esta persona en lo que no me gusta de él o ella?
- Acciones impulsivas: Cuando sentimos la necesidad de reaccionar de manera rápida e impulsiva a algo, es señal de un rechazo profundo. ¿Qué dicen las acciones impulsivas de ti? ¿Qué emociones y situaciones anhelas dejar de experimentar?
- Situaciones en las que te sientes exageradamente herido: Tal vez un pequeño gesto o comentario, te lleva automáticamente a conectar con tu niña o niño herido. Vuelves a sentirte vulnerable, frágil, inocente. Puedes sentir una profunda vergüenza que te empuja a esconderte. Te sientes incómodo en tu propio cuerpo, como si estuviera mal ser tú mismo. ¿Cómo sientes estas sensaciones en tu cuerpo? ¿Cómo tratas de protegerte en estas situaciones (luchas, discutes, despareces…)?
- Reacciones exageradas: Puede ser un exceso de ira o enfado, la necesidad de usar el humor de manera exagerada para reducir el malestar, contar chistes o hablar mucho. También podemos enfadarnos de manera exagerada por las acciones de otros.
Convivir con las sombras
Se trata de aprender a convivir con nuestras sombras y para ello, debemos conocerlas y familiarizarnos con lo que nos hace sentir.
Cuando una de nuestras sombras anda cerca, la sentimos de diferentes maneras…
- Incomodidad: Cuando la sombra se activa, surge al mismo tiempo ese vendaje o protección que trata de ayudarnos. Cuando la sombra queda al descubierto, nos hace sentir profundamente incómodos y podemos tener la sensación de anhelar escondernos para que nadie nos vea.
- Insatisfacción: En ocasiones, las sombras nos visitan en forma de una profunda insatisfacción vital. Son etapas de la vida en que nada nos llena, nos quejamos constantemente de nuestra vida pero no hacemos nada para que cambie. Creo que sin la insatisfacción, no habría hecho los cambios que necesitaba en mi vida. Por eso creo que la insatisfacción, aunque dolorosa, es un regalo.
- Baja autoestima: Cuando la sombra queda al descubierto, podemos sentirnos incapaces de afrontar ciertas situaciones, sentimos que no valemos nada y queda en entredicho nuestro merecimiento.
- Perfeccionismo: Nuestras sombras anhelan un “yo” perfecto que es imposible de alcanzar en la realidad. Nuestro “yo” es, por definición, imperfecto y lleno de dualidades. Convivir con las sombras, requiere comprender que los errores y obstáculos, forman parte de la vida y pueden ser grandes maestros si nos abrimos a quiénes somos en realidad.
- Resistencias: Aquello a lo que nos resistimos, persiste. Y cuanto más luchamos y nos resistimos a algo, más fuerza toma la sombra. Nos resistimos de muchas maneras… a través del rechazo, la lucha, la huida, fingiendo y enmascarando lo que sentimos.
Transformando las sombras
No se trata de esconder las sombras ni de destruirlas… se trata de transformarlas e integrarlas para que formen parte del complejo ser humano que somos. Sin necesidad de censurarnos.
Cuando comenzamos a conectar con estas sombras, surge un dolor profundo… es el dolor que surge cuando alumbramos la oscuridad y observamos lo oculto. Revivir las sombras a través de la luz (la consciencia), es un proceso doloroso cuando juzgamos a la sombra.
El objetivo de los procesos profundos de autoconocimiento y crecimiento interior, es dejar de juzgarnos y criticarnos para comprender por qué nació esa sombra, por qué la tuvimos que apartar y cómo podemos integrar esa energía emocional, en nuestra vida.
La parte rechazada, es sentida como no valiosa. La parte rechazada, cuando es integrada, comprendida y aceptada, se convierte en el inicio de un “yo” integrado y completo.
Una parte de nosotros, siente que si nos mostramos tal y como somos (sombras incluidas), los demás dejarán de amarnos. Hemos evolucionado y nacido para ser amados y conectar con otros seres humanos. El ostracismo y la separación, es uno de los peores miedos de nuestra psique, porque nuestra supervivencia queda en entredicho.
Las claves para transformar las sombras, son…
- Reconocer la sombra: El primer paso es ser capaces de mirar a la sombra a la cara y verla tal cual es, sin necesidad de cambiarla, de huir de ella o de luchar. Se trata de observar el mensaje que nos trae, pues nos habla de algo que debemos reconocer y sentir como propio.
- Auto-consciencia: Si no somos capaces de observarnos en mente, cuerpo y emociones, nunca llegaremos realmente a conocernos. La auto-consciencia se desarrolla a través de la auto-observación, que no es otra cosa que llevar nuestra atención a lo que sucede en nuestro interior. La auto-consciencia y auto-observación, nos permiten separar nuestro verdadero ser, del “yo” construido por el ego. La meditación es la gran herramienta de auto-observación y auto-conocimiento.
- Presencia: Todo se reduce a estar presentes en nosotros mismos… ya sea en el sufrimiento o en la alegría. La presencia es un acto de amor, solo acompañamos a aquellas personas que amamos. Cuando vivimos en esta presencia, somos capaces de mirarlo todo de nosotros y eso está lleno de sinceridad y amor.
- Aceptación: Todo se resume a aceptar todas tus partes, sean como sean. Abrazar nuestros defectos, nos ayuda a sentir que no hemos de cambiar nada para ser aceptados y amados. La aceptación profunda de quiénes somos, nos conduce a la satisfacción y a la posibilidad de vivir una vida en equilibrio.
- Ausencia de juicio: La verdadera transformación, nace de dejar de juzgarnos y criticarnos. Cuando logramos esto, ya no luchamos contra las sombras, dejamos de escondernos y podemos mostrarnos al mundo y a los demás, tal y como somos.
- Auto-compasión: Solemos hablar de ser compasivos y amorosos con otros, pero la clave de una vida vivida desde la calma y el equilibrio, es ser empáticos y amorosos con nosotros mismos. Tú eres la persona más importante de tu vida, cuídate… ámate.
Explora tus sombras poco a poco y si sientes que es demasiado para ti, acude a un profesional de la psicología para que te acompañe por este camino.
“La sombra es una parte fundamental de la existencia humana, que nos ayuda a encontrar equilibrio, significado y sabiduría”
– Junichiro Tanizaki –


