El agua es una sustancia misteriosa… cambia todo lo que toca, es capaz de esculpir hasta la más fuerte de las rocas y nunca olvida su cauce natural, por eso siempre vuelve a sus raíces, a su origen.
En el norte de España, donde el cambio de mareas es pronunciado, si observas atentamente en la última hora en que baja la marea, podrás ver como si una fuerza mágica, tirara del agua de la playa hacia dentro del océano, retirando así miles de millones de litros de agua cada 12 horas.
Observando esta fuerza invisible que parece convencer al agua para que se adentrara más profundamente, siento que existe un magnetismo en el agua que le hace tener vida propia.
Pareciera que el agua tuviera la capacidad de crear vida… si eres de esas personas que tienes plantas en tu casa, sabrás el poder vigorizante que tiene el agua en tus plantas. Es como si la energía creadora de la vida, se hubiera escondido en la sutileza y suavidad del agua.
El propio cuerpo humano está compuesto en un 70% de agua y la única bebida que realmente necesitamos para sobrevivir, es el agua dulce, cada vez más escasa.
Cada emoción tiene una vibración concreta y esa vibración afecta a cada célula de nuestro cuerpo y a cada molécula de agua que poseemos. En Japón, un científico estudió la relación entre las emociones humanas y las moléculas de agua cuando se cristalizan.
Masaru Emoto, este científico que profundizó en el estudio del agua, observó cómo las palabras, emociones y sonidos pueden afectar a la estructura cristalizada del agua al congelarse. Sigue leyéndome si quieres saber más…
El agua, las palabras y las emociones
Los hallazgos del Dr. Emoto, indicaban que las emociones positivas (amor, gratitud, esperanza, compasión) que se transmiten al agua, crean estructuras geométricas bellas cuando ese agua se congela y que las palabras negativas (odio, enfado, burla), crean una estructura no geométrica. Pero para que comprendas mejor esto, te dejo la siguiente imagen…
También se hizo un experimento con arroz en agua, donde un bote de arroz era sometido a palabras hermosas, otro bote de arroz recibía palabras negativas y otro bote simplemente era ignorado. Se observó que aquel arroz que recibía palabras negativas se pudría, mientras que el que recibía palabras positivas se mantenía fresco. El tarro de arroz que simplemente era ignorado, se pudría incluso antes que aquel que recibía palabras negativas. Esto nos lleva a pensar que la ausencia de atención es igual de destructiva (si no más), que la atención negativa.
Dentro de sus muchos experimentos, el Dr. Emoto también realizó algunos con música, observando cómo la música clásica creaba representaciones geométricas de gran belleza y otra música como el rock parecía descomponer la estructura del agua. Hizo lo mismo con imágenes y los resultados siempre eran parecidos, aquellas imágenes que transmitían amor, compasión o gratitud, creaban formas geométricas muy bellas en el agua, mientras que las imágenes de violencia descomponían su estructura.
Todo esto nos lleva a la idea de que el agua es consciente y reacciona a la energía que la rodea… como nos ocurre a los humanos.
Si partimos de la idea de que todo es energía, tiene todo el sentido comprender que lo que pensamos, sentimos y decimos, expande esa vibración más allá de nosotros mismos, cambiando lo que hay a nuestro alrededor y en nuestro interior. Por eso es tan importante, elegir conscientemente desde qué energía vibramos y vivimos.
Si quieres aprender más de este tema, te invito a buscar y leer los libros de Masaru Emoto: “Los mensajes ocultos del agua” y “El poder curativo del agua”.
Cuida tus pensamientos y emociones
Ahora que sabes lo que un pensamiento o emoción puede hacerle a una molécula de agua, comprenderás mejor el efecto que las emociones y pensamientos tienen en tu cuerpo y en cada célula de tu cuerpo.
Creo que es importante ser cuidadosos con lo que pensamos y sentimos, porque determina lo que hacemos. Y son nuestros actos los que crean nuestra vida. Tenemos la capacidad de elegir en todo momento, cómo reaccionamos a lo que la vida nos trae, podemos decidir las palabras que emitimos y podemos elegir conscientemente cómo actuamos.
Todo parte de la consciencia… Si estoy desconectado de mí mismo y de mi cuerpo, no podré decidir cómo reacciono ante una situación extrema… sin consciencia, simplemente actuaré de manera automática y serán otra fuerzas las que decidan por mí.
La toma de consciencia comienza lentamente, poco a poco… día a día. Dedica dos huecos de 5 minutos de tu día (mañana y noche), para respirar conscientemente… tan solo siéntate en calma, cierra tus ojos y observa el ir y venir de tu respiración natural, sin cambiarla, sin manipularla… observando cada inhalación y cada exhalación.
Cuando ejercitas tu atención dirigida al cuerpo, tu consciencia aumenta, captando cosas que antes te pasaban desapercibidas (como el ritmo de la respiración acelerada cuando te enfadas, la expansión cuando ríes y eres feliz o la sensación de falta de energía cuando estás estresado o agotado).
Además de la toma de consciencia, algo que te puede ayudar mucho a cuidar tu energía (la que emites más allá de tu piel y la que sientes dentro de tu piel), son algunos consejos de un médico japonés, el Dr. Shioya, que tiene que ver con las tres actitudes vitales que nos llevan al bienestar…
- Piensa positivamente: Yo te aconsejo que sea un pensamiento positivo realista o incluso neutral (descriptivo). Cuando somos capaces de dejar a un lado los juicios acerca de lo que sentimos o de lo que nos ocurre, la vida se vive con mayor libertad. Es en ese momento donde abandonamos el papel de víctima para pasar a ser quienes elegimos cómo vivir. El pensamiento crea ondas de energía que se expanden por todo tu cuerpo y más allá, por el campo electromagnético creado por tu corazón y que se extiende al menos 2 metros más allá de tu cuerpo. Es así como cambias el mundo que te rodea.
- Da las gracias: La gratitud es una emoción profunda y maravillosa, que tiene la capacidad de cambiar nuestra vida para siempre. La gratitud nace del amor… del amor a la vida, del amor a otros seres y del amor a nosotros mismos. Por eso tiene ese gran poder transformador. La gratitud es la llave que abre el candado de la felicidad. La gratitud nos permite vivir la vida plenamente.
- No refunfuñes: El acto de refunfuñar supone quejarnos de ciertas cosas de nuestra vida. Es lo contrario a la gratitud, por eso no podemos quejarnos y al mismo tiempo sentir gratitud. La queja nace de la insatisfacción y genera mucho sufrimiento. Cuando sentimos que la vida es injusta o que las cosas no salen como esperamos, aparecen de manera rápida las quejas. Cuando nos quedamos atrapados en la queja, vivimos en la infelicidad… decide conscientemente buscar lo bueno dentro de lo que no sale como tú esperas y comienza a agradecerlo todo… aunque te pueda parecer desagradable.
Como has podido comprobar, la consciencia del agua nos trae un mensaje importante… nos dice que tenemos un gran poder creador… creamos la realidad con lo que pensamos y sentimos, con las palabras que emitimos y con nuestros actos.
Recuerda lo que ocurre con el agua cuando sentimos odio… si sientes esta emoción habitualmente por otros o por ti mismo, te invito a empezar a hablarte con amor y comprensión. Te mereces tratarte bien a ti mismo, eres la persona más importante de tu vida.
Toma consciencia de la fuerza vital que hay en ti y comienza a emitir la energía que deseas sentir en tu interior. Eres imparable cuando te haces consciente de tu fuerza creadora.
“Entender el agua es entender el cosmos, las maravillas de la naturaleza y la vida misma”
– Masaru Emoto –