El amor… la energía más potente del cosmos. Para los seres humanos, el amor es nuestro sustento, aquello que nos nutre. Porque el amor es nada más y nada menos que energía… la energía creadora. 

Cuando hablamos de amor, tendemos a pensar en el amor de pareja… pero la realidad es que el amor es universal, se adapta a cualquier ser, a cualquier relación… porque el amor habla de vínculo. 

Y el vínculo emocional, lo establecemos con otros seres humanos, pero también con mascotas, con nuestra vocación e incluso podemos sentir un amor profundo por la humanidad… con sus rostros desconocidos, compartiendo el amor que nos une a otros. 

El amor es la emoción que nos conecta a otros y a la vida, es la energía creadora que nos ayuda a expandirnos y hace que todo nuestro cuerpo, con sus miles de millones de células, emitan esta energía… por eso nos podemos convertir en transmisores de amor. 

El amor es tan importante para la supervivencia del ser humano, que el cuerpo ha creado una hormona específica que nos ayuda a conectarnos y vincularnos a otros… la oxitocina. 

Tal vez creas que el amor requiere grandes gestos… la realidad es que el amor es suave, no necesita artificios. Para mí amar es…

• Ser amable y estar presente para el otro.
• Ser cuidadosa en la manera en que hablo a otro ser.
• Es respetar su intimidad y darle espacio cuando lo necesita.
• Es ofrecer una escucha cálida y amorosa donde el otro se sienta acogido, sin rastro de juicios. 
• Es cuidar, estar pendiente de las necesidades del otro.
• Es enviarle un mensaje cuando sé que está atravesando una etapa difícil en la vida.
• Es escribir emails semanales que le recuerden que es más de lo que cree. 
• Es comprender que todos estamos conectados por hilos energéticos invisibles. 

Siendo el amor todo esto para mí, puedo vivir a diario desde mi amor… y así lo hago. Lo hago con mis seres amados y también con todas aquellas personas que han llegado a mí para que las acompañe a nivel profesional. Sé que un mensaje fuera de las sesiones, tiene el poder de calmar y de sacarle al otro del pozo de la soledad. Estar pendiente de otro ser humano, es la gran muestra de amor, porque das espacio en tu mente y corazón a esa persona… y no hay mayor muestra de amor que esa. 

Los elementos del amor

• Conexión: Amar es la manera más simple de conexión que podemos establecer con otro ser (humano o no).  Conectamos cuando volcamos nuestra atención en algo (otra persona, una mascota, una actividad). Por eso creo que podemos amar las cosas que hacemos… yo amo escribir porque le dedico tiempo y le doy mi plena presencia. Los mamíferos nos hemos desarrollado en torno a la conexión con lo que hay a nuestro alrededor, por eso sufrimos tanto cuando nos desconectamos. Y por eso la solución siempre es volver a conectarnos. 

• Vínculo: Poco se habla del poder del vínculo emocional, pero a mí me parece fundamental para cualquier cosa que hagamos en la vida. El vínculo es una potente conexión y unión emocional. Cuando nos vinculamos, nos mostramos vulnerables, somos capaces de mostrar todas nuestras facetas porque sentimos seguridad, perdemos el miedo a ser quienes realmente somos y podemos empezar a vivir en coherencia con lo que pensamos, sentimos y hacemos. 

• Coherencia: La coherencia pasa desapercibida en este siglo donde nos escondemos y nos mostramos con máscaras (físicas y emocionales). La coherencia habla de honestidad, de ser quienes somos allá donde estemos. Pero la coherencia es costosa… porque requiere mucha consciencia y presencia. Consciencia para saber bien lo que sentimos, pensamos, decimos y hacemos y que todo ello esté en equilibrio. Presencia porque necesito estar muy presente en mí para captar lo que siento, pienso, digo y hago. La coherencia es una energía que emite nuestro corazón y que llega a otros por medio del campo electromagnético generado por el latido del corazón en una frecuencia concreta (0,1Hz). Cuando vemos a alguien coherente, nuestro sistema nervioso lo sabe y a él no se le puede engañar. 

• Vulnerabilidad: Amar nos hace vulnerables, porque supone mostrar partes íntimas de nuestras emociones, sentires, pensamientos e incluso de nuestra historia vital. La vulnerabilidad es nuestra gran fortaleza porque nos recuerda que somos humanos y que no necesitamos ser perfectos, solo tenemos que ser genuinos y coherentes. Ser vulnerable y mostrarlo, es una señal de valentía, de querer ser honesto y conectar desde la honestidad con otros. En mi vida he aprendido que cuando me muestro vulnerable, conecto con los demás de una manera más humana y genuina… aunque a veces temo mostrarme vulnerable, como nos pasa a todos. 

• Resiliencia: El amor nos hace más resistentes, nos permite hacernos más resilientes y eso lo sentimos en una profunda seguridad en nosotros mismos, porque nos sentimos capaces de afrontar cualquier cosa que la vida nos traiga… tal vez nos sintamos desprotegidos, tal vez sintamos tristeza y angustia… pero confiamos en salir adelante, porque sabemos que los golpes emocionales duelen, pero también sanan.

El amor es tan amplio como el cosmos, existen miles de maneras de amar pero todas requieren honestidad, presencia y coherencia.

El amor desde el budismo

En el budismo, se habla mucho del amor, especialmente a través de la compasión. Como dice el Dalai Lama, la compasión es el profundo deseo de que todos los seres sintientes, estén libres de sufrimiento. 

Me encanta este concepto porque habla de seres sintientes e incorpora al ser humano, los animales, las plantas y cualquier otro ser que viva y sienta. El amor más profundo es aquel que anhela liberar de las cadenas del sufrimiento al resto de seres y a uno mismo. 

El amor es inagotable, crece, cambia, avanza y a quienes hemos amado, aunque haya sido por un tiempo, nos seguirán acompañando por ese amor compartido… por eso el amor sobrevive a la muerte física. Podemos vivir desde el amor cuando estamos serenos. 

Al estar en calma, podemos sentir el amor que hay en nosotros y ese amor puede transformarse en compasión. La compasión no solo nos permite compartir nuestro amor, también nos ayuda a vivir desde nuestra bondad, momento en que vivimos en sintonía con nuestra esencia, con nuestra verdadera esencia. 

Desde el punto de vista Tibetano, aquello que nos conecta con cada criatura y a cada cosa que existe en el universo, es la compasión. Para los monjes budistas tibetanos, la compasión es algo que experimentamos en nuestro cuerpo y mente y al mismo tiempo es una fuerza enorme de la naturaleza que conecta todas las cosas y a todos los seres sintientes, es una energía entrelazada en el propio universo.

Cuando amamos, anhelamos la libertad del otro, deseamos que tenga una vida feliz y próspera, actuamos para preservar ese vínculo emocional que es químico (a través de la oxitocina), eléctrico (a través del campo electromagnético del corazón) y espiritual (por la energía que se moviliza). Aunque la libertad del otro ha de estar por encima del anhelo de preservar el vínculo emocional. 

Querido lector, te animo a ser amoroso, a estar presente, ser coherente y compartirte desde tu vulnerabilidad. Solo así podrás conectar genuinamente con otros seres y con la vida. 

“Que todos los seres en todas partes sean felices y libres Que puedan los pensamientos, palabras y acciones de mi propia vida, contribuir de alguna manera a la felicidad y libertad para todos” 

– Mantra “Lokah Samasta Sukhino Bhavantu” –