Te escribo hoy, en la recta final de 2022 y a punto de abrir la puerta de 2023. Siento que cuando pienso en ello, surgen emociones encontradas en mí.
Por un lado, empieza a surgir cierta melancolía por abandonar 2022… un año de cambios, de maduración y aprendizaje.
Por otro, empiezo a sentir expectación y curiosidad por la puerta que abriré hoy a las 0:00h… porque siempre que me adentro en un nuevo año, lo inesperado me está esperando.
Algo que he aprendido a lo largo de los años, especialmente desde que soy adulta, es que no puedo dar nada por supuesto… Lo que parece eterno termina y lo nunca imaginado llega a mí. Esa es la magia de la vida, que siempre está dispuesta a sorprenderme.
Escribiendo estas palabras, me doy cuenta de que se ha producido un gran cambio en mí. En la adolescencia, sentía que el tiempo no iba lo suficientemente rápido, anhelaba llegar pronto a la década de los 30, porque algo dentro de mí, me decía que cuando alcanzara esa edad, todo tendría sentido. Y así fue… pero no por cumplir 30 años, sino por mi recorrido vital.
Ahora, a mis 36 años, siento que el tiempo va demasiado deprisa. Un mes trae al siguiente y apenas puedo sentir las semanas y los días. Y creo que este sentir que hay en mí, es compartido por muchas personas. Parece que la vida se rige a través de los extremos… la lentitud o la rapidez, la abundancia o la escasez. Sé que es un constructo de mi mente aunque también sé que la vida se mueve a un ritmo diferente ahora que hace años.
Echando la vista atrás, siento que en parte he pasado de puntillas por este 2022, aunque lo he aprovechado bien… he seguido creciendo, apostando por mí y haciéndome mejor profesional. He sentido una maduración profunda de la psicóloga que hay en mí… y eso se lo debo a mis pacientes, que confían plenamente en mí.
Y me parecen tan bonitas las conexiones que se producen con otras personas, que no existe el desaliento en mí.
2022: El año de los cambios
Casi desde el principio, sentí que 2022 iba a ser un año de grandes cambios. El tiempo así lo ha confirmado.
Siento que 2022 ha sido un año de rupturas y de inicios. Muchas personas han sentido la llamada para dejar atrás una vida que no les llenaba y se han atrevido a romper con su trabajo, parejas o amigos. Hay quien se ha tomado un tiempo para sí mismos, otros que han iniciado nuevos proyectos vitales. Pero el cambio ha estado presente en todos.
Creo que 2022 ha dejado al descubierto aquello que la pandemia por Covid-19 se llevó de nuestras vidas. Desde 2020 la manera en que vemos y vivimos la vida, ha cambiado. Y no sé si volveremos a la “normalidad” previa, lo que sí sé es que hemos cambiado para siempre, porque somos supervivientes.
Y en 2022, han salido a la superficie las heridas y cicatrices que nos abrió la pandemia, que se han conectado con las heridas emocionales que convivían con nosotros siempre.
Decir que somos supervivientes, no es lo mismo que decir que somos víctimas. Porque todos, en mayor o menor medida, hemos luchado… ya sea con el covid, con la precariedad, con el miedo, la ansiedad, la tristeza e incluso con la vulnerabilidad.
Y es que esta pandemia mundial ha dejado al descubierto algo importante… somos frágiles y vulnerables. Y eso nos aterra porque no comprendemos que nuestra verdadera naturaleza es la vulnerabilidad y que de ella nace el valor y la fortaleza, de ella salimos fortalecidos.
Repasa tu 2022 e identifica los cambios que has hecho, las nuevas cosas a las que te has enfrentado, incluso cuando te daban mucho miedo. Observa tu valentía y vulnerabilidad y ámalas a ambas de la misma manera.
Construyendo 2023
No sé cómo va a ser este nuevo año, pero hay algo que doy por seguro… tú decides cómo será 2023.
Para quienes han hecho grandes cambios en los años previos, 2023 probablemente sea un año de reposarlo todo, de adaptarse a vivir en una realidad diferente, de dar su lugar a cada cosa que ha ocurrido.
En este proceso de recolocarlo todo, podemos seguir cambiando y evolucionando. Porque de hecho, el cambio nunca acaba, no tiene principio ni fin porque avanzamos sin parar.
Si en los años previos no has hecho grandes cambios vitales, tal vez tu momento sea 2023… cada cual llevamos un ritmo y seguimos un ciclo interior de evolución concreto. No vas retrasado ni avanzado… vas al ritmo justo que necesitas.
Sea como sea, no pierdas la esperanza. Porque la vida siempre nos sorprende con lo inesperado. Mantente abierto a lo que pueda llegar y esta noche brinda por ti… por tus avances, por tus cambios. Pero sobre todo, brinda por vivir.
Te deseo una feliz entrada a 2023 y que sigamos caminando juntos